El Banco de Portugal deberá anunciar en breve el plan de salvación para la entidad
LISBOA, 8 (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro)
Los clientes del Banco Privado Portugués (BPP) que ayer ocuparon la sede de la entidad en Oporto permanecen en el edificio, tras pasar allí la noche, y exigen el reintegro de sus depósitos y la dimisión de la directiva del banco, con la que no se sienten identificados y a los que se niegan a seguir pagándo.
El pasado lunes, el BPP, entidad orientada a los inversionistas privados, suspendió formalmente el pago de depósitos a clientes ante el riesgo de tener que declararse en quiebra, y con el argumento de que todos deben de gozar un tratamiento equitativo. La entidad espera un plan de rescate de las autoridades. De hecho, el Banco de Portugal está analizando el futuro del banco, sobre el que deberá pronunciarse en los próximos días.
Tras el anuncio de la suspensión de pagos, que atrapó a más de 200 inversores gallegos, los clientes que intentaron retirar fondos del banco vieron que no podían y además se encontraron con la incertidumbre que rodea al futuro del BPP, que en los últimos meses ha pedido 450 millones de euros a varias entidades financieras para poder seguir trabajando.
Los clientes hablaron ayer por videoconferencia con la administración del banco, designada de forma provisional por el Banco de Portugal, pero no se alcanzó un acuerdo, por lo que más de 50 clientes han pasado la noche en la sede del BPP de Oporto.
"Hace seis meses que no podemos acceder a nuestro dinero, tenemos aquí a una señora que está a punto de ser desalojada de su casa y de su negocio, porque no puede pagar", lamentó uno de los afectados, que pasó la noche en la sede del banco, y que recordó que la idea de que el BPP "es un banco de ricos" ya no es valida, porque "los ricos ya sacaron su dinero, porque tuvieron acceso privilegiado a sus cuentas".
El portavoz de los clientes encerrados, Durval Padrao, garantizó que "mientras la administración no salga, nosotros tampoco salimos, porque en los seis meses que lleva no ha hecho nada y no les queremos pagar más sueldos", afirmó.
La segunda petición es que el Gobierno cumpla la promesa de pagar los depósitos. "Que el primer ministro y el ministro de Finanzas asuman esta situación, porque nosotros entendemos que son personas de bien y las únicas que nos pueden ayudar en este momento", afirmó Durval, que apostilló que, si no logran nada, el siguiente paso será la ocupación de las instalaciones del BPP en Lisboa, la próxima semana.
SALVAR O NO SALVAR EL BANCO
En paralelo a esta situación, hoy el diario "Público" informa de que el fundador del BPP, Joao Rendeiro, habría pagado gastos personales de procesos judiciales, con dinero de una 'offshore' propiedad del banco, según revela la auditoria encargada a Deloitte por los actuales gestores, nombrados por el Banco de Portugal, para evaluar la viabilidad financiera de la institución.
Además, denuncian graves irregularidades, como supuestas falsificaciones contables y la inexistencia de una contabilidad organizada, así como actos dolosos de gestión ruinosa en detrimento de los depositantes, inversores y acreedores. Así como supuestos delitos de blanqueamiento de capital.
Las conclusiones de Deloitte han sido calificadas de "explosivas" por las autoridades oficiales, y surgen pocos días antes de que el Banco de Portugal comunique al Gobierno su decisión sobre el futuro del BPP. Aunque la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM) lusa, tiene también que opinar sobre la forma de salvar los activos de capital garantizados.
Hay varios escenarios posibles sobre el futuro del BPP, pero todo indica que la solución pasará por una liquidación por fases del BPP, garantizando en primer lugar los intereses de los clientes con activos de retorno absoluto (con capital e intereses garantizados), tal como exige la CMVM, que alega que esos activos fueron suscritos bajo el presupuesto de que no existía riesgo.
El salvamento del banco mediante una inyección de dinero público abriría un precedente. Otra opción, la insolvencia, tendría daños en los clientes y arrastraría procesos judiciales largos y complejos.
SOLUCIONES DIFICILES
Otra de las opciones sería recurrir a la línea de crédito de 4.000 millones de euros que el Estado ha facilitado para la recapitalización de los bancos. El problema es que el gobierno ha impuesto condiciones para acceder a ella. Una de ellas, es la contribución de la institución para el desarrollo de la economía, por lo que el BPP estaría fuera, ya que el banco funcionaba en una lógica de gestión de fortunas, con cerca de 3.000 clientes.
Esta nueva situación, complica el plan de salvamento del BPP presentado por el presidente provisional, Adao Fonseca, y que está siendo estudiado por el Banco de Portugal. Este plan prevé la inyección de 150 millones de euro por parte del Estado. Además, de que otros bancos también participen aportando 125 millones de euros.
Aunque esta última opción ya ha sido rechazada por el resto de las entidades, sólo aceptarían si hay un aval estatal. Una vez que, en una primera fase, cinco bancos ya financiaron 450 millones al BPP, con recurso a garantía pública, aunque ésta está sustentada en activos del BPP.
El escándalo del BPP saltó en diciembre, después de que el entonces presidente del banco, Joao Rendeiro, pidiese ayuda al Banco de Portugal, alegando que la crisis financiera y bursátil había llevado a la entidad a la insolvencia, con un déficit de 700 millones de euros. En 2008, el BPP registró pérdidas de 800 millones de euros.