Economía

El paro no comenzará a bajar hasta 2011: se encenderá la mecha de la tensión social

Las mayoría de las previsiones, como la última presentada por la Comisón Europea, apuntan que la tasa de paro española rondará el 20%. El problema es que este nivel de desempleo se instalará en España durante una buena temporada. Según Intermoney, al menos hasta 2011, y durante este tiempo se generarán importantes tensiones sociales.

"Las empresas tendrán que adaptar su estrategia a un país con una importante bolsa de desempleados en el que bajará el consumo", asegura José Carlos Díez economista jefe de Intermoney, sin embargo, considera que el principal problema llegará desde el punto de vista social.

España cerró el primer trimestre del año con un paro del 17,4%. La comisión Europea acaba de anunciar sus previsiones económicas de primavera, en las que sitúa la tasa de desempleo española en el 20,5% para 2010. El Fondo Monetario Internacional (FMI) la coloca para el año que viene en el 19,3%.

Un proceso costoso

"Costará mucho que la tasa de paro disminuya", asegura Díez. "Nos encontramos cada vez más cerca del proceso de ajuste del mercado laboral pero luego la economía tendrá que crecer por encima del 1,5% para comenzar a generar de nuevo empleo", recuerda. Este economista calcula que en un escenario "optimista central" el paro no comenzará a reducirse hasta 2011.

¿Cuando volverá España a crecer por encima del 1,5%? Las previsiones no van más allá de 2010. Bruselas espera incrementos negativos del Producto Interior Bruto (PIB) en todos y cada uno de los trimestres de este año y del que viene.

Durante todo ese tiempo, los economistas aseguran que la tensión social irá creciendo. Diez explica que con los dos millones de parados estructurales que tiene la economía española no habrá problemas, pero que la tensión llegará por parte de los aproximadamente dos millones de parados que han sido expulsado del mercado laboral durante la crisis y los jóvenes, que no podrán encontrar su primer empleo.

Este proceso es una pescadilla que se muerde la cola ya que con tensión social, la confianza cae y las empresas se lo piensan dos veces antes de invertir, con lo que se ralentiza la recuperación económica.

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