Economía

La confianza en la economía sube hasta niveles de hace casi un año

  • Segundo mes consecutivo
  • Mejora el ahorro familiar
  • El valor más alto en once meses

La confianza repuntó en abril por segundo mes consecutivo en la encuesta que IG-Investiga elabora mensualmente en exclusiva para elEconomista. Y repunta a los mejores niveles desde mayo de 2008, a pesar de que el primer trimestre de 2009 puede haber marcado la más profunda sima de la crisis económica, con una caída interanual histórica del PIB, de nada menos que el 2,9%, según datos del Banco de España, y con la superación -por primera vez- de la barrera de los cuatro millones de parados, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Con un -76%, el índice de confianza del consumidor de IG-Investiga marcó el valor más alto de los últimos once meses, lo que, según la encuesta, "parece indicar la percepción del consumidor sobre una posible mejoría económica en los próximos meses". La encuesta para elEconomista ha sido realizada mediante 2.000 entrevistas personales a encuestados entre los 15 años y más, repartidas por el territorio nacional.

Si bien estamos -como reconoce desde hace semanas el propio Gobierno- en los peores momentos de la crisis y anotamos sucesivamente amargos récords, sí es cierto que algunos expertos consultados por este diario, a pesar de descartar una pronta recuperación, sí apuntan que el deterioro se está ralentizando en algunos indicadores.

También regresó a niveles de mayo de 2008 el índice de ahorro familiar, en este caso por tercer mes consecutivo, aunque sigue en números rojos con un -15. Eso demostraría, según IG-Investiga, la imposibilidad de ahorro puesta de manifiesto por los consumidores a través de su nivel de endeudamiento, pero al tiempo ofrece una tendencia más optimista en torno a esta variable, inducida tanto por condicionamientos externos -caídas de precios, medidas anticrisis- como por las propias deciciones de ahorro adoptadas en el seno de los hogares.

Inflación bajo cero

Si hubiera que señalar los principales hitos de la actual coyuntura económica, sin duda entre ellos se encontraría la evolución reciente de los precios. Por primera vez los registros recogieron en marzo una tasa negativa en el IPC del -0,1% que se habría repetido en abril, según el indicador adelantado armonizado. De este modo, los precios han cedido más de cinco puntos desde la tasa positiva del 5,3 anotada el pasado mes de julio, con el petróleo en máximos.

Este declive se ha hecho patente en la percepción de precios por parte de los consumidores que recoge el sondeo de IG-Investiga. Ha registrado "una caída muy brusca" en relación al mes anterior, de -34 a -63 puntos, en un baremo que oscila entre el 100 y el -100, lo que implica, según el estudio, que "el posible incremento en los precios no supone una preocupación para los consumidores, por el mismo hecho de que en una situación económica como la actual resulta del todo inversímil un posible aumento de los precios".

En concreto, el porcentaje de encuestados que creen que los precios permanecerán estables o incluso bajarán es del 61%, muy superior al 23% de aquellos que, por el contrario, contemplan que los precios aumenten. Y es que muchos de los que integraban aquel 62% que en enero todavía apostaba por que los precios subirían en los próximos 12 meses han desistido. Ahora sólo son un 23% los que mantienen esa tesis y sólo abogan por que, de aumentar, aumenten más bien poco. Al tiempo, el 26% de optimistas que en enero daba por hecho que los precios permanecerían estables o incluso disminuirían "algo" se han engrosado hasta sumar un 61% a finales de abril.

No en vano, las caídas de precios y su comportamiento más amable se acusa en bienes y servicios de consumo habitual, como los alimentos, los carburantes y combustibles y también en la hostelería y los transportes. Y esto precisamente enlaza, aunque no sea la única razón, con que los consumidores presenten unas mejores expectativas de ahorro, ya que ven aliviada la parte de sus ingresos que se va en estos consumos.

Unido al segundo repunte mensual de la confianza y al horizonte de amortiguación en los precios, los consumidores muestran un mejor concepto de la situación económica de sus hogares, tanto mirando al pasado como al futuro. Así, respecto a los últimos doce meses ha bajado siete puntos porcentuales, del 50 al 43%, la cuota de personas que cree que la situación económica familiar ha empeorado.

Mientras, a doce meses vista, los que encaran la situación de su hogar con pesimismo representan un porcentaje 6 puntos menor frente a marzo. Es decir, han bajado del 36 al 30% los encuestados que creen que afrontan una época en que la coyuntura económica de su hogar se debilitará. Tomando como referencia la comparación de enero con abril son todavía más los que abandonan el derrotismo sobre la situación de su hogar, lo que revela una tendencia creciente en lo que va de 2009 a dejar atras los malos augurios económicos. Por otra parte, entre abril y marzo han subido del 49 al 55% los que creen que permanecerá más o menos igual que ahora y ha ganado un punto porcentual la cuota de los que cree que su situación puede mejorar.

El desahogo del euribor

Y es que son varios los factores que determinan el mayor desahogo para los hogares. Uno de ellos, la evolución del euribor, el indicador al que se refieren nueve de cada diez préstamos hipotecarios en España, que se encuentra en mínimos y que durante todo abril viene apuntando a una media en mínimos históricos, como finalmente ha ocurrido, al haber cerrado en el 1,77% de media, a falta de confirmación por parte del Banco de España. De este modo, la mensualidad hipotecaria se abaratará en unos 240 euros al mes para una hipoteca tipo revisable anualmente con el euribor a doce meses de abril.

Entre el propósito y la realidad

Aunque los tipos aligeren la hipoteca, lo cierto es que remuneran menos el ahorro, pero en cualquier caso la decisión intrínseca de ahorrar o no a veces sólo depende de los ingresos previstos y gastos comprometidos. En oposición al propósito siempre están las limitaciones materiales. Así, frente al 73% de los encuestados que en marzo no consideraba "razonable" la mera voluntad de disponerse a ahorrar, fueron en abril tan sólo un 67% los que veían como poco posible o descabellada tal opción. En sentido contrario, el 22% que -con mayor o menor certidumbre- encontraba razonable ahorrar el pasado mes de marzo ha crecido hasta marcar un 26% en abril.

En términos generales, la encuesta IG-Investiga de abril transmite una mejoría en las expectativas económicas del consumidor, algo sumamente positivo en tiempos de crisis como los actuales en que se ven minadas las decisiones de consumo e inversión, como viene demostrando la evolución de la demanda interna. Lo que más contrasta es que esta mejoría de la confianza se produzca justo en los momentos de la máxima crudeza de la vigente recesión y con el desempleo repuntando a máximos históricos.

Pero, quizá ahora más que nunca esa actitud positiva revelada en los índices pueda contribuir a relanzar algunos termómetros de la anemia económica, como la atonía del consumo, clave para la recuperación económica, y un estímulo al restablecimiento del mercado laboral.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky