
El Parlamento Europeo y los Gobiernos de los 27 países de la UE dieron carpetazo en esta madrugada del lunes al martes a las negociaciones sobre la reforma de la directiva sobre tiempo de trabajo. El desacuerdo tira por la borda cinco años de negociaciones y entierra una propuesta que limitaba explícitamete a 65 horas la semana laboral máxima, y mantenía en 48 horas la regla general.
Seguirá en vigor la normativa actual, cuya regla general también son las 48 horas como máximo; pero que no impone límites explícitos a semanas excepcionales y permite, a la chita callando, sumar 78 horas en una misma semana.
Los representantes del Parlamento Europeo expresaron este martes su deseo de que la Comisión Europea, tras las elecciones europeas de junio y las vacaciones de verano, presente rápidamente una nueva propuesta legislativa para retomar la negociación desde cero.
Reacciones
El socialista español Alejando Cercas, el eurodiputado que ha llevado la voz cantante contra la directiva de las 65 horas, se conformaba ayer con haber preservado la esperanza de que la situación cambie en el futuro y se pueda modificar la directiva vigente, que data de 1993, de manera que se reduzca o elimine el margen de ampliar la jornada laboral más allá de las 48 horas. Aseguró que haber respaldado la reforma planteada, se abría cerrado la puerta a esta esperanza.
El checo Vladimir Spidla, comisario europeo de Empleos, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades, se lamentó del fracaso de las negociaciones señalando: "No alcanzar un acuerdo no es un buen resultado ni una solución a largo plazo. El resultado probable es que más Estados de la UE utilizarán las excepciones para prolongar la jornada laboral".