MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, se opuso hoy a retrasar la edad de jubilación dos o tres años, como han hecho otros países, y reconoció que el sistema español necesita reformas, pero no dirigidas al corto y medio plazo, donde no ve problemas para la Seguridad Social.
Granado, en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, afirmó que a él le parece "fatal" retrasar dos o tres años la edad de jubilación, pues en España, explicó, los que se jubilan a los 65 años suelen haber desempeñado trabajos de gran exigencia física, mientras que los que se jubilan a una edad más temprana, a veces por causa de un despido y otras de manera casi voluntaria, hacen trabajos más intelectuales, como es el caso de las entidades financieras.
"Lo razonable para seguir progresando en aumentar algo la edad real de jubilación es que los que se jubilan antes se jubilen más tarde y los que se jubilan a los 65 años se sigan jubilando a los 65", opinó Granado, quien recordó que aunque en Alemania se ha subido la edad legal de jubilación a 67 años, la edad real de retiro es muy inferior (61 años).
CORBACHO Y EL GOBERNADOR.
El secretario de Estado descartó que la Seguridad Social vaya a entrar en déficit y se refirió a las declaraciones que hizo al respecto el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez, y a la reacción del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que salió en defensa del sistema y garantizó las pensiones hasta 2025, año en el que la Seguridad Social entiende que empezarán los problemas si antes no se hacen reformas.
Granado defendió el comportamiento de Corbacho, dirigido a tranquilizar a los pensionistas, y señaló, en referencia a las palabras de Fernández Ordóñez que, muchas veces, lo que se comunica "no es lo que se dice, sino lo que se entiende".
Así, manifestó que al hablar el gobernador de déficit en la Seguridad Social, lo que se entendió es que del déficit se pasaría al riesgo y del riesgo a la quiebra, y esa interpretación que han hecho algunas personas ha llevado a la inquietud a muchos pensionistas. "Este fin de semana, en Burgos, me han parado por la calle algunas personas para preguntarme si van a cobrar sus pensiones", admitió.
"El ministro hizo bien en tranquilizar y el gobernador del Banco de España hizo bien en señalar que la buena situación del sistema no nos tiene que llevar a no hacer reformas", dijo.
Granado insistió en que de todas las instituciones económicas que hay en España, la más solvente es la Seguridad Social, pues no debe "ni un euro", tiene reservas y dispone de superávit en sus cuentas. "En ese sentido, los pensionistas pueden estar tranquilos, pero de la misma forma, esta tranquilidad no nos debe llevar al espejismo de confiarnos, repantigarnos y decir no hay nada que hacer, porque es absolutamente necesario que hagamos reformas", señaló.
SIN DEFICIT.
El secretario de Estado indicó que la última vez que la Seguridad Social incurrió en déficit, había 2,1 cotizantes por cada pensionista, mientras que en la actualidad era proporción ha mejorado y se ha situado en 2,6 cotizantes por jubilado.
"Tendríamos que bajar mucho para que esa relación se deteriorara, y además hemos tenido la previsión de hacer reformas cuando las cosas iban bien, porque en la legislatura pasada, con acuerdo de todos los Grupos Parlamentarios y de los agentes sociales, hicimos una ley de reforma de la Seguridad Social que ahora nos está ayudando mucho", recordó.
Granado, que se mostró partidario de dejar las pensiones al margen de la contienda electoral, afirmó que la Seguridad Social no afronta problemas a corto ni medio plazo, sino que se enfrenta al problema de que cuando se jubilen los nacidos a mediados del siglo pasado, los cotizantes del momento, nacidos fundamentalmente después de la Constitución, serán menos, debido a que cayó mucho la tasa de natalidad.
En cualquier caso, señaló que la existencia de déficit no debe convertirse en un "problema irresoluble", pues de los años de vida que tiene la Seguridad Social española tiene 100 años, en 90 de ellos hubo déficit y en todos se pagaron las pensiones, fueran o no más o menos escasas o teniendo que recurrir al Estado.
Preguntado por si debería subirse la pensión máxima, que actualmente ronda los 2.450 euros mensuales, Granado se mostró más partidario de mejorar las pensiones más bajas, y subrayó que aquellos que ganan 3.000 ó 4.000 euros mensuales y quieran mantener en su jubilación la vida que llevaban estando en activo, deberían buscar otros recursos, por ejemplo los planes de pensiones privados, de los que dijo "no ser enemigo" cuando se utilizan para su función, que es la de complementar lo público.