El borrador de la Ley de la Ciencia y la Tecnología elaborado por el Ministerio que dirige Cristina Garmendia ha levantado ampollas prácticamente desde su puesta en circulación. Los primeros en levantar la voz de alarma fueron los Centros Tecnológicos de España (Fedit), que "se encontraron el borrador por sorpresa" y enviaron a los pocos días un informe con todas las carencias que detectaron.
Entre ellas, destaca la falta de voz de las empresas, con las que no se ha contado y a las que prácticamente no se las tiene en cuenta.
"El borrador lo han elaborado con unos grupos de expertos escogidos por el Gobierno, pero no se han buscado representantes de procesos de producción científica, sino que ha sido a su propio criterio" explica Íñigo Segura, director general de Fedit, quien añade que ya han recibido quejas de muchas empresas que, de momento, prefieren mantenerse calladas.
A sus críticas se ha unido la CEOE, cuya Comisión de Innovación elabora, actualmente, un extenso informe con los puntos que consideran imprescindibles para que se elabore un borrador que atienda a las necesidades reales de la I+D. En este contexto, elEconomista ha tenido acceso a un resumen de ese informe cuyas críticas principales giran en torno a la financiación y a las medidas para estimular la participación de las empresas y organismos de investigación privados que, aseguran, son "casi inexistentes".
Sobre financiación, el informe afirma que "se deberían aumentar las subvenciones a fondo perdido para la I+D". Además, al considerarse una actividad de riesgo, éste debería compartirse también por la Administración, por lo que le solicitarán que suprima los avales exigidos para el pago de subvenciones o de préstamos. CEOE pide que se incluya en un objetivo que consideran fundamental y que echan de menos en el borrador ya elaborado, "promover un sistema eficaz de ayudas e incentivos a la I+D+i". Raúl Natividad, de la consultora AVS, ha sido el encargado de elaborar el apartado dedicado a las deducciones de I+D y su impacto en la financiación de las empresas privadas a la investigación. Natividad considera que, dado que "el efecto de la deducción por I+D es inmediato, se debería concretar un sistema de incentivos realmente eficaz".
Deducciones por I+D
Fedit llama la atención sobre el descenso de la financiación privada de la I+D en España ya que se reducido en tres puntos desde 2004, a pesar del ligero repunte que experimentó en 2006. En concreto, el año que Zapatero ganó las elecciones la financiación privada se mantenía en un 48 por ciento y en 2007 se redujo a un 45,50 por ciento. Y las perspectivas de futuro no son nada alentadoras. Segura, director general de Fedit, pronostica una financiación privada a la I+D cercana al 43 por ciento para 2008 "y en ningún caso superior al 46 por ciento".
Consulte la información completa en la edición de fin de semana de diario elEconomista.