
La ansiedad e incertidumbre que provoca la crisis en la población aumenta el número de obesos en España, ya que muchas de las personas que han perdido su trabajo o temen perderlo se refugian en la comida de manera desesperada, según señala el psicólogo Ricardo Ros en su libro 'El viaje decisivo'.
Este experto apuntó que es un acto en cadena, ya que "escuchan una noticia alarmante sobre la situación económica o piensan en la posibilidad de perder su empleo, se sienten ansiosos y estresados, comen compulsivamente y engordan".
Este "miedo atroz" a un futuro incierto que lleva a la persona a comer cualquier cosa se debe, según explicó Ros, a que se confunde la angustia o estrés con la sensación de hambre. "Esto les lleva a saciar esa sensación comiendo, con constantes idas y venidas al frigorífico".
"Es como si su vida en relación con la comida dependiera más de los indicadores externos, una mala noticia económica o un anuncio de un descuento al pedir dos pizzas, que de su propia voluntad o indicador interno de hambre real", indicó.
En torno al 90% de la población española reconoce que consume los alimentos que más le apetecen, y muchas veces están compuestos por comida rápida y precocinada que proporciona una sensación de plenitud, pero una plenitud falsa ya que están hechos con azúcares y grasas de dudosa calidad.
En este sentido, el psicólogo precisó que "a estas personas hay que enseñarles técnicas para que su cerebro simplemente responda de una forma lógica ante cada situación, ya que, aunque saben que ansiedad y hambre no son lo mismo, no son capaces de que su cerebro cumpla sus órdenes. Cualquier tipo de crisis -económica, de pareja, etc.- es un tema que influye en su peso, pero en realidad tienen que conseguir separar ambas cosas" puntualizó Ros.
El 15 por ciento de los españoles adultos son obesos, un 37 por ciento padece sobrepeso. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2015 habrá aproximadamente 2300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad.