Economía

Casi la mitad de los encuestados da por hecho que los precios seguirán bajando

Cuando se toca fondo sin encallar, sólo se puede progresar hacia arriba. Ahora bien, con grandes dosis de incertidumbre y en función de los vaivenes y zozobras. Eso parecen mostrar los últimos datos de la encuesta mensual IG-Investiga, elaborada en exclusiva para elEconomista.

Los índices de confianza y ahorro del sondeo mensual anotaron en marzo sus registros más positivos desde junio y mayo del año pasado, respectivamente. No está mal para haber sido marzo el mes que cierra el tercer trimestre de una economía en recesión.

Concretamente, el índice de confianza comenzó el primer mes del año con un repunte y un sucesivo desplome en febrero, al que ha seguido una nueva subida que camina de la mano con la vivida por el índice de ahorro familiar. Dos indicios de que, a pesar de la dureza de la crisis económica, los agentes se acomodan al escenario y sacan fuerzas de flaqueza. Algo habrán ayudado los precios, que llevan una buena racha bajista y que parecen haber coronado el mes de marzo con una tasa del -0,1 por ciento interanual, nivel nunca rozado en España desde comienzos de la década de los sesenta.

Una posible mejoría cercana

En cuanto a la confianza, si bien no se pueden echar las campanas al vuelo, porque se encuentra en un nivel -81 de una escala que oscila entre un máximo de 100 y un mínimo de -100, lo cierto es que se sitúa en el mejor nivel desde el pasado verano y por encima del de comienzos de año, que supuso una suerte de alivio en medio de un gris horizonte. Según IG-Investiga, este repunte "puede llegar a indicar la percepción del consumidor de una posible mejoría económica en los próximos meses". Esperemos que ese "puede llegar" se traduzca en sucesivas alzas del índice. Pues bien demostrado ha quedado en difíciles coyunturas económicas anteriores que las expectativas tiran de la economía tanto como algunas medidas anticrisis. Cuando menos, son un buen cimiento sobre el que asentar a estas últimas.

Sobre el repunte del índice de ahorro, de la mano del anterior, y que también nos arroja el mejor registro desde mediados de 2008, un pequeño matiz, según IG-Investiga: "Si bien el indicador muestra que los consumidores no consideran todavía viable el poder ahorrar, sí empiezan a tener una visión más positiva". En concreto, dentro de las indagaciones a los encuestados, IG-Investiga dedica una serie de interrogantes a la voluntad de ahorrar de consumidores y familias; esto es, a la voluntad de sacrificar gasto presente a cambio de gasto futuro.

Incertidumbre sobre el futuro

A la evolución de la confianza se contrapone la incertidumbre sobre el futuro que traslada el sondeo sobre el ahorro. Respecto a febrero, marzo se ha despedido con el 51 por ciento de los encuestados engrosando el "probablemente no" como respuesta a si consideran razonable ahorrar actualmente. Todo apunta a que no saben cuánta cancha les va a dar la crisis para proteger o no sus huchas vía retención del gasto. Ni por cuánto tiempo. Un mes antes sólo eran un 39 por ciento.

Porque un 35 por ciento descartaba prácticamente ahorrar, frente al 22 por ciento actual y porque del otro 22 por ciento que en febrero se inclinaba por el "probablemente sí" sea razonable el ahorro, sólo resta un 19 por ciento manteniendo su postura. Por otra parte, las certidumbres existentes en febrero sobre el ahorro actual han subido ahora ligeramente. Una décima, del 2 al 3 por ciento los que dan por seguro el ahorro como una opción razonable en esta coyuntura.

Respecto al ahorro a doce meses vista, sí que hay un dato positivo y es que el 45 por ciento de encuestados que en febrero descartaba de plano acometer decisiones de ahorro futuras, en marzo se convertía en sólo un 35 por ciento, en parte gracias a que ha subido cinco puntos porcentuales la proporción de consumidores que se decanta por el ahorro en los próximos meses con más o menos certeza.

Y esto, precisamente en un momento en el que el euribor está en mínimos y bajando aún más posiciones, si bien da grandes alegrías a los hipotecados, no es tan buen compañero de viaje para los ahorradores. Claro que todo apunta a que la evolución más amable de los precios ha puesto su grano de arena en todo esto. Más que un grano podría ser una montaña, porque el Índice de Precios de Consumo ha desacelerado desde los máximos veraniegos del 5,3 por ciento hasta una tasa negativa en marzo, si se confirma el indicador adelantado del pasado mes, hecho público esta misma semana. Y acostumbrados a unas alzas de precios importantes, los bolsillos se ven menos lastrados y la expectativa de poder afrontar un tímido ahorro deja ya de ser un mera quimera.

No obstante, no afrontamos un camino de rosas ya que el paro sigue creciendo vigorosamente y la actividad debilitándose a marchas forzadas. Quizá por ello, la percepción de la situación económica ha empeorado considerablemente en los últimos doce meses. En abril de 2008, el 61 por ciento de los encuestados creía que la situación económica del país iba mal. Aunque entonces ya se avistaba el pesimismo ciudadano, no se puede comparar con el nivel actual, cuando casi nueve de cada diez personas opina que el escenario actual es peor o mucho peor que el de hace un año. De todas maneras, el futuro no parece ser tan negro para tanta gente, según la previsión de los propios encuestados. Si bien el 90 por ciento de ellos cree que ahora la economía está mal, son el 67 por ciento del total los que opinan que irá a peor en los próximos doce meses.

Los precios, en picado

El descenso que ha sufrido la inflación en los últimos meses se ve reflejado también en la percepción del ciudadano. La tasa de variación de los precios provisional de marzo se trasladó a la franja negativa, hito histórico en la serie estadística española. Pero lo curioso es que esta bajada se dibuja de forma paralela en la apreciación de los ciudadanos, tal y como muestra el Índice de Percepción de Precios de IG-Investiga. Este indicador alcanzó un nivel de -34 puntos en marzo, lo que supone un descenso en tan sólo un año de más de 70 puntos y de 40 puntos en un mes.

Los precios empiezan a caer y los consumidores lo notan a la hora de pagar. El 32 por ciento de los encuestados cree que los precios se han mantenido estables de un año a esta parte o incluso han disminuido algo. Pero todavía tienen una percepción más optimista para el futuro. Casi el 50 por ciento prevé que los precios o bien seguirán como están o bien bajarán algo. No obstante, no todos tienen esperanza y, por tanto, no se fían de que el descenso actual se prolongue demasiado. Aunque un 18 por ciento todavía piensa que los precios pueden subir algo, el 20 por ciento da por seguro que subirán bastante.

No hay para grandes gastos

La evolución de los precios es un factor principal para que el ciudadano se decida a afrontar una gran compra. Pero en esta decisión también influye la confianza del consumidor y la situación de su hogar, entre otras consideraciones. Por tanto, aunque hay una desaceleración en los precios, e incluso una bajada, los encuestados no han variado demasiado su valoración sobre si el momento actual es propicio para realizar una compra importante.

Tan sólo el 11 por ciento de los encuestados considera el momento actual adecuado para comprar "muebles, ordenadores o equipos electrónicos" (compras voluminosas, según la encuesta). Ello indica cierta mejoría desde hace un año, cuando tan sólo a seis de cada cien personas les parecía favorable la situación del momento para adquirir estos bienes. Aun con esta mejoría, el 58 por ciento continúa pensando que el momento es totalmente desfavorable para realizar una compra importante.

Pero, para realizar una compra de estas características, el consumidor debe tener dinero ahorrado o endeudarse. En la actualidad, tan sólo el 3 por ciento de los encuestados afirma que se endeuda, mientras que el 9 por ciento echa mano de sus ahorros para pasar el mes o para hacer este tipo de desembolsos. La realidad es que casi el 60 por ciento del total se gasta todo lo que ingresa y no opta por el ahorro. Lo de guardar dinero hoy sólo es una posibilidad para 24 hogares de cada cien. La situación también se ve reflejada en los hogares. Así, la mitad de los encuestados cree que su economía familiar ha empeorado en los últimos meses, frente al 38 por ciento que percibía esto hace un año. La crisis se cierne sobre ellos y muchos hogares son víctimas del desempleo. Pero, incluso así, la percepción para los próximos doce meses no es demasiado pesimista. El 50 por ciento de los encuestados opina que su situación permanecerá estable y tan sólo el 36 por ciento cree que algo empeorará.

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