Economía

Augusto Pinochet, la 'mancha' de Milton Friedman

La economía, que reactivó con las recetas de Friedman, también lo desalojó del poder

El dictador que gobernara Chile con mano de hierro durante 17 años coleccionaba no menos de media docena de procesos judiciales contra su persona por las torturas, desapariciones y asesinatos ordenados durante los años del régimen que dirigió, así como evadir capitales de las arcas chilenas hasta amasar una fortuna que las últimas estimaciones sitúan en 28 millones de dólares, convenientemente ocultados en cuestas secretas que abrió hasta con once identidades falsas.

Este caso, el de las cuentas secretas que el dictador mantenía en el Banco Riggs, significó la sexta vez que los Tribunales le retiraron el fuero parlamentario, que él mismo se regaló tras su salida del poder para evitar dar cuenta ante la Justicia de sus desmanes.

En esta ocasión, la razón fue la acumulación de delitos: enriquecimiento ilícito, fraude al Fisco, uso de pasaportes falsos, declaración jurada de bienes falsa y obstrucción a la Justicia. Por esta causa están imputados también su esposa, Lucía Hirart; cuatro de sus cinco hijos y su ex albacea.

Y es que en cuanto ha tenido ocasión, la Justicia no ha dejado pasar la oportunidad de sentar en el banquillo a quien durante 17 años impuso a su antojo su propia ley al pueblo chileno, en un periodo negro cuyo saldo es estremecedor: 300.000 muertos y 200.000 exiliados.

Chile se prepara ahora para olvidar a Pinochet. Algo que no va a ser sencillo. El agravamiento de su estado de salud reavivó el debate sobre si el que fue dictador, pero también congresista, senador y comandante en jefe del Ejército, debe o no recibir honores de Estado cuando llegue su funeral.

¿Ensayo del neoliberalismo?

El nombre de Augusto Pinochet siempre ha aparecido también como una mancha en el currículum del recientemente fallecido premio Nobel de Economía, Milton Friedman. Friedman cometió el pecado, que muchos no le han perdonado, de impartir una serie de conferencias en la Universidad Católica sobre cómo los mercados logran descentralizar el poder político.

El régimen aprovechó esta doctrina para autoproclamarse como el laboratorio de pruebas del neoliberalismo económico, que luego se desarrollaría en los EEUU de Ronald Reagan y en el Reino Unido de Margaret Thatcher.

De hecho, la dictadura atribuyó lo que dio en llamar el milagro chileno al éxito en la aplicación de estas fórmulas. La teoría económica posterior ha arrumbado con este discurso.

La apuesta por el libre mercado, la eliminación de los precios controlados, la unificación de los tipos de cambio y la flexibilización de los tipos de interés lograron reanimar la economía, pero tuvieron un alto coste social al condenar a la pobreza a la clase media y hundir en la misería a la población de bajo poder adquisitivo.

El descontento social provocado por la fuerte crisis financiera en que derivaron estas políticas fue la palanca que facilitó el desalojo del poder de Pinochet.

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