
El Ministerio de Economía y Hacienda está estudiando el impacto que supondría para los ingresos del Estado la exención en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de la indemnización de los despidos producidos por Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). Los sindicatos exigen comparar la fiscalidad de estos despidos con el cese de contrato individual.
El director general de Trabajo, José Luis Villar, afirmó ayer, en la clausura de unas jornadas de la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie), que esta reforma en la fiscalidad de los ERE la está examinando el Ministerio que dirige Pedro Solbes, ya que es "materia tributaria" y no de Trabajo. Y añadió que, por ahora, la cartera de Trabajo no ha sido informada de la repercusión económica que ocasionaría esta modificación.
En términos generales, las indemnizaciones están exentas del IRPF salvo en el caso de despido colectivo. Mientras que en los despidos individuales, improcedentes o no, la compensación económica para el trabajador no tributa en el IRPF, en los Expedientes de Regulación de Empleo la indemnización tan sólo está libre del impuesto en los primeros 20 días por año trabajado. Hay que considerar que el número medio de días de indemnización en los ERE fue de 39 días en 2008, según CCOO.
Diferencia en los cobros
En la actualidad, un trabajador afectado por un ajuste de plantilla con una indemnización de 45 días por año trabajado cobrará menos en concepto de despido que el mismo trabajador cesado individualmente con los mismos días de compensación. Y por ello, los sindicatos exigen al Gobierno que se modifique la fiscalidad actual de los Expedientes de Regulación, según afirmó el director general de Trabajo.
Los principales perjudicados por esta situación son los trabajadores. La fiscalidad actual da lugar también a grandes conflictos en la negociacion de un expediente entre la empresa y los trabajadores, según el Foro Español de Laboralistas (Forelab).
Los sindicatos presionan a la empresa para que los despidos sean individuales. Y su presión es efectiva, ya que la compañía sabe que, actualmente, un ERE sin acuerdo previo entre empresa y sindicatos es bastante difícil de que sea aprobado por la autoridad laboral. Y esto genera situaciones fraudulentas. Según Forelab, las empresas realizan ajustes de plantilla sin utilizar el ERE aún con el riesgo de ser descubiertas por la Inspección de Trabajo.