
No hay nada mejor que el acoso psicológico para desestabilizar a un rival. Por ello, la administración Bush ha tomado buena nota y ha puesto en marcha un nuevo plan para minar la moral de Kim Jong Il, su nuevo enemigo a batir.
El excéntrico líder norcoreano es un amante de la tecnología, así que Estados Unidos intenta golpear donde más duele: le ha impuesto sanciones comerciales para que no pueda comprar iPods, cámaras de fotos pantallas de plasma y portátiles. Según el New York Post, es la primera vez que el país aplica este tipo de sanciones contra un presidente extranjero.
Los caprichos del líder comunista
Estados Unidos quiere poner a prueba el aguante de Kim Jong: la lista de sanciones va más allá de sus caprichos electrónicos. El embargo recae sobre otros productos, de lujo eso sí, como relojes Rolex, coñac, tabaco, coches de gama alta -Mercedes, BMW o Cadillac, los preferidos por Kim Jong- yates, e incluso, motos como la Harley Davidson...
De lo que se trata es de minar tanto al dictador como a las 600 familias leales al régimen sobre las que se sustenta la estabilidad del entramado burocrático norcoreano y a los que Kim Jong le hace carísimos regalos para reforzar su adehesión al régimen.
Según Associated Press, los países europeos están estudiando qué artículos van a incluir a la lista mientras que Japón ya ha determinado el bloqueo de caviar, ternera y tecnología japonesa, como las cámaras Sony, las máquinas de aire aconodicionado y las motos de fabricación nacional.
Esta medida de presión parece responder a la lógica: podría resultar mucho más efectiva que las actuales sanciones económicas aplicadas sobre Corea del Norte, que sólo consiguen hundir al pueblo aún más en la pobreza. ¿Quién será el próximo? Que se prepare Fidel Castro...