
Bilbao. Los despachos de asesorías fiscales del País Vasco trabajan a destajo estas semanas. Al jaleo propio que implica el fin del año fiscal, se suman ahora las novedades que introduce la reforma vasca del Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF).
Y es que hasta el 21 de noviembre las Haciendas vascas no lograron acordar el texto del Proyecto de reforma del IRPF, mientras que los contribuyentes del resto de España conocen su nueva regulación dos meses antes de que finalice el ejercicio fiscal.
Por tanto, para disponer el texto definitivo del IRPF del País Vasco habrá que esperar hasta la última semana de diciembre o primeras semanas de enero, ya que aún queda el trámite parlamentario y las enmiendas que se acepten.
Sea como fuere, su aplicación será efectiva el 1 de enero de 2007. El texto final no presentará grandes diferencias respecto del proyecto, ya que, a pesar de ser tardía, la reforma cuenta con el consenso de PNV, EA y PP, lo que asegura las mayorías necesarias su aprobación parlamentaria.
Un IRPF diferente
Al comparar el IRPF vasco con el del resto de España resulta difícil decir cuál de los dos supone mayor rebaja o mejores condiciones para los contribuyentes. En líneas generales ambas reformas son muy parecidas, mantienen la misma estructura, aunque las peculiaridades de la reforma vasca se orientan hacia una mayor tributación de las rentas más elevadas y deducciones superiores para las familias.
En lo que apenas hay diferencias es en la tributación del ahorro, materia en que las Haciendas vascas han seguido la senda de la reforma de Solbes, por lo que tributarán todas por el 18 por ciento. Introducir grandes diferencias en este capítulo hubiera tenido no sólo un relevante peso recaudatorio, sino que podría desencadenar trasvases de rentas si en una de las áreas tributarias existiesen ventajas muy superiores a la otra.
Rebaja impositiva
La rebaja del IRPF le va a costar al fisco vasco una reducción de su recaudación de unos 237 millones de euros en total.
A los responsables de las Haciendas les gusta calificar la reforma como "progresiva y progresista" porque rebaja la tributación para las rentas más bajas y penaliza a las rentas más altas.
Mientras que en el resto de España el tipo mínimo es del 24 por ciento y el máximo del 43; la reforma vasca marca el mínimo en el 23 y el máximo en el 45 por ciento.
Para evitar penalizar a las rentas más bajas por la desaparición del tipo cero, hay una deducción general en cuota de 1.250 euros.
Las principales diferencias entre el IRPF vasco y el del resto de España radican en las deducciones familiares y en el tratamiento del ahorro previsión. Las deducciones por hijos, ascendientes, minusvalías y dependencia son superiores a las del resto de España.
Ventajas
En ahorro previsión el límite general sujeto a desgravación puede alcanzar los 16.000 euros al año, ya que se pueden sumar 8.000 euros desgravables de los planes de previsión de empresa. Así, la Administración vasca trata de potenciar los planes de empresa.
Para los mayores de 52 años la reforma vasca permite incrementar las aportaciones en 1.250 euros por año, con un límite de 24.250 euros a los 65 años. También tiene ventajas el ahorro para situaciones de gran dependencia.
A la hora del rescate, como en Euskadi existe la posibilidad de recuperar ese ahorro al de 10 años, se da mejor tratamiento al rescate como renta que como capital.
En vivienda el porcentaje vasco de deducción es del 18 por ciento, tres puntos por encima del resto de España y la base de deducción máxima anual 12.000 euros. Hay un tipo especial del 23 por ciento para jóvenes y familias numerosas.
La fiscalidad vasca sólo aplica deducciones para viviendas de tipo medio, no para las viviendas de lujo. De ahí que establezca un límite máximo de crédito fiscal (cantidad máxima que se puede deducir por este concepto de por vida), que en esta reforma se incrementa hasta los 36.000 euros, en los que hay que computar amortización e intereses. Anteriormente, este crédito estaba vinculado a la vivienda, mientras que ahora se vincula al contribuyente, lo que permite a las familias poder doblar su crédito fiscal. Además de esta forma se resuelven problemas relacionados con las rupturas familiares, pero también queda en evidencia la menor rentabilidad fiscal que implica estar soltero.
Las ganancias patrimoniales por la venta de vivienda quedarán exentas para los mayores de 65 años y situaciones de gran dependencia. Por otro lado, desaparece el rendimiento presunto de las segundas residencias, fijado antes en un 2 por ciento.
Rendimientos
Las rentas del trabajo vascas no verán cambiar sustancialmente su tributación, pero disfrutarán de un incremento lineal de la bonificación por rendimientos del trabajo de 150 euros.
Se simplifican la regulación de las actividades económicas de estimación directa, se reducen a Normal y Simplificada.
Al igual que en el resto de España, para luchar contra el fraude, se introduce la obligación del proveedor de retener un porcentaje, que oscila entre el 3 y el 5 por ciento, en las facturas de los clientes que tributen por el sistema de módulos.
Por último, todos los rendimientos para los arrendadores de viviendas tributarán al 18 por ciento, igual que en Madrid, pero disfrutarán de una bonificación del 20 por ciento.