Habrá menores dificultades de financiación en el interbancario gracias a las medidas de los gobiernos
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
La oferta y la demanda de préstamos a hogares y sociedades no financieras continuó contrayéndose en España en el último trimestre de 2008, influida por las tensiones registradas en los mercados financieros y el notable deterioro de las expectativas económicas, una tendencia que se mantendrá en el primer trimestre de 2009, aunque el ritmo de retroceso de ambas variables se reducirá "notablemente", según la encuesta sobre Préstamos Bancarios del Banco de España.
Las dificultades de las entidades para obtener liquidez en los mercados financieros empeoraron en la última parte de 2008, en línea con las turbulencias desatadas tras la quiebra de Lehman Brothers, que continuó afectando negativamente a la oferta de nuevos créditos.
En este contexto, las medidas aprobadas recientemente por los gobiernos tuvieron un impacto limitado sobre el acceso a los mercados financieros en el último trimestre de 2008, tanto en España como en el resto de la Unión Monetaria, aunque se espera que influyan "de forma más significativa en el primer trimestre de 2009".
Por ello, todo parece indicar que habrá menores dificultades de financiación en los mercados financieros durante el primer trimestre del año.
CONTRACCION DE LA OFERTA Y LA DEMANDA.
En el último trimestre de 2008, se produjo una nueva contracción de la oferta y la demanda de préstamos a hogares y sociedades, tanto en España como en la Unión Económica Monetaria (UEM), que fue más intenso que en el trimestre anterior, y que estuvo influida por las tensiones registradas en los mercados financieros y por el notable deterioro de las expectativas económicas.
En España, además, el descenso de la oferta y la demanda fue más marcado que en la Unión Económica Europea, y, en el caso de la oferta, de mayor magnitud que el anticipado por las entidades en octubre, momento en el que ya se había producido la quiebra de Lehman Brothers.
SE ENDURECEN LOS PRESTAMOS A EMPRESAS.
En concreto, la encuesta refleja un endurecimiento renovado de los criterios para la aprobación de nuevos préstamos a las empresas no financieras, debido al empeoramiento de las perspectivas relativas a la actividad económica en general y a sectores y sociedades concretas, y también por los riesgos relativos a las garantías exigidas.
Los costes relacionados con el nivel de capital de la entidad y su situación de liquidez tuvieron un impacto menor que meses atrás, aunque aumentó el efecto negativo derivado de la mayor dificultad para acceder a la financiación en los mercados.
En este contexto, las condiciones se hicieron menos favorables para los tomadores de fondos, aunque el incremento del grado de exigencia fue de menor magnitud que el registrado en el trimestre anterior. Las mayores variaciones se registraron en los márgenes y las garantías requeridas, seguidas del plazo, cuantía y compromisos asociados a los contratos del préstamo.
Asimismo, la contracción de la oferta fue especialmente notable en las operaciones a más largo plazo y se endurecieron en mayor medida los criterios de aprobación de créditos a pymes. En estas operaciones se apreció un mayor incremento de las garantías requeridas y de los otros gastos excluidos de intereses, en comparación con los de las grandes compañías.
La demanda de crédito de las sociedades a los bancos en España y la Unión Económica también se redujo fuertemente en los últimos meses de 2008, en línea con el trimestre anterior, aunque la evolución continuó siendo más negativa en España.
En ambos casos, el descenso de la demanda se debió a la rápida contracción de las necesidades de financiación asociadas a inversiones en capital fijo y operaciones societarias (fusiones, adquisiciones y reestructuración de empresas). Asimismo, en España la menor demanda se debió a que las empresas realizaron un mayor recurso a fondos internos, lo que compensó las crecientes peticiones de fondos asociadas a procesos de reestructuración de la deuda.
PRESTAMOS A HOGARES.
En el caso de los hogares, el ritmo de descenso de la oferta de nuevos créditos se acentuó en el último trimestre, y en España se volvió a los mínimos registrados a finales de 2007 y principios de 2008. Las expectativas sobre la actividad económica en general y las perspectivas relativas al mercado de la vivienda explicaron este comportamiento.
En cuanto a las condiciones de los nuevos préstamos, se hicieron más onerosas en general, con una ampliación de las garantías requeridas y un acortamiento de los plazos máximos de concesión. En el conjunto del área euro las tendencias fueron similares, aunque a un menor ritmo que en España.
En el lado de la demanda, las peticiones de préstamos se redujeron en España y en la Unión Monetaria, aunque en esta última a mayor velocidad. Esta caída fue consecuencia del deterioro de las perspectivas relativas al mercado de la vivienda en España y por la caída en la confianza de los consumidores y, en menor medida, por la evolución del gasto en consumo distinto de vivienda y el mayor ahorro de las familias.
CAE EL CREDITO AL CONSUMO.
En el caso del crédito al consumo y otros fines distintos a la compra de vivienda en España cayó tanto la oferta como la demanda, algo que sucedió también en la Unión Económica Europea aunque en menor medida, y fue el tipo de crédito en el que se produjo un mayor endurecimiento de los criterios de concesión en el último trimestre.
Las causas del descenso de la oferta fueron los riesgos relacionados con la situación económica en general, la solvencia de los consumidores, y las garantías solicitadas. Así, las condiciones de los préstamos se hicieron más estrictas, aumentando el las garantías requeridas y reduciendo el plazo máximo ofrecido.
Por su parte, hubo un menor número de peticiones de créditos al consumo, muy fuerte en el caso de España y en menor medida en el conjunto del área euro, lo que supuso un mantenimiento de los resultados de la encuesta anterior en el primer caso y una evolución más contractiva en el segundo.
La menor demanda de préstamos se explica especialmente por los factores relacionados con menor gasto en consumo duradero y la adquisición de valores, y con la caída en la confianza de los consumidores, y, en menor medida, el aumento del ahorro de las familias.