
Jacques de Larosière, ex gobernandor del Banco de Francia, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional y ex presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, ha entregado este miércoles su informe sobre el futuro de la supervisión financiera en la UE al portugués José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea.
La historia se repite. De Larosière no defiende la creación de un supervisor único de los mercados financieros de la UE, como tampoco lo propuso a principios de 2001 Alexandre Lamfalussy, ex presidente del Instituto Monetario Europeo y, por tanto, uno de los artífices del euro.
Lamfalussy y el Comité de Sabios que presidió a principios de esta década se conformaron con diseñar una vía rápida para elaborar normas sobre los mercados financieros, y una arquitectura que facilitara la coordinación de los reguladores nacionales de la UE a la hora de aplicarlas. De Larosière y su Grupo de Alto Nivel sobre Supervisión Transfronteriza proponen oficialmente desde este miércoles reforzar lo que ya existe. Su idea es crear un organismo nuevo llamado Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos que sería presidido por el presidente del Banco Central Europeo (BCE) y que estaría formado por los presidentes de los grupos de coordinación de los reguladores y supervisores europeos de banca, seguros y mercados de valores. Su función sería poner en marcha un sistema efectivo de alerta rápida ante los riesgos del sistema.
También propone la creación de un Sistema Europeo de Supervisores Financieros, un organismo descentralizado que confiaría la supervisión cotidiana a las autoridades nacionales, pero que centralizaría la coordinación en la aplicación de las reglas. De nuevo, se trata de reformar y reforzar lo que ya existe.
Para las entidades cuyo ámbito de actuación es regional o nacional, propone que sigan siendo supervisadas por las autoridades nacionales. Por lo que se refiere a las entidades financieras que operan en varios países, el informe elaborado por De Larosière reclama la creación de colegios de supervisores formados por los supervisores nacionales de los países en los que estas entidades están presentes. Y un mecanismo que adopte las decisiones en caso de que no haya acuerdo entre los diferentes supervisores nacionales que vigilan una misma entidad.
Debate bloqueado en la UE y el G-20
El presidente de la Comisión Europea encargó a De Larosière la elaboración de este informe cuando a finales del año pasado constató que, pese a que la gravedad de la crisis financiera había vuelto a dejar en evidencia la escasa coordinación de las autoridades europeas de supervisión y regulación de los mercados de valores y las entidades bancarias, los Gobiernos nacionales del club se resistían a ceder soberanía para avanzar en la integración de supervisores y reguladores. Bruselas espera que este documento sirva para desatascar las negociaciones.
La UE no es el único foro internacional en el que se discute esta cuestión. También se comprometió a reforzar la supervisión de los mercados y las entidades financieras y a estrechar la colaboración entre las autoridades nacionales competentes la cumbre celebrada en Washington el pasado mes de noviembre por los jefes de Estado y de Gobierno del G-20: el grupo formado por los países más ricos por un lado y, por otro lado, por las economías emergentes más potentes (Brasil, Rusia, India y China, entre otras).
Menos costes para las entidades
Los mercados y sus entidades que operan en varios países europeos son firmes defensores de la integración de la supervisión y la regulación, y de que la UE avance hacia un verdadero mercado único. No sólo para evitar que surjan nuevos agujeros negros en el sistema que las autoridades públicas sean incapaces de detectar. También para dejar de tener que lidiar con las variopintas y costosas exigencias de cada supervisor y cada regulador nacional.
Las propuestas del Grupo de Alto Nivel presidido por De Larosière han sido debatidas este miércoles por el Colegio de Comisarios -reunión semanal de la Comisión Europea equivalente al Consejo de Ministros que cada viernes celebra el Gobierno español-. A principios de marzo serán debatidas por los ministros de Economía y Finanzas de los 27 países de la UE, y el 19 y 20 de marzo alimentarán las discusiones de la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la UE.
BBVA, a favor...
En el debate paralelo vía los medios de comunicación, Francisco González, presidente de BBVA (BBVA.MC), ha defendido recientemente la necesidad de un regulador único europeo. El galo Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE) lleva semanas proclamando a los cuatro vientos su deseo de que los Gobiernos de la UE le concedan poderes para asumir responsabilidades de supervisión. La también gala Christine Lagarde, ministra francesa de Finanzas, ha puesto en duda que Trichet ofrezca la solución oportuna por cuanto Londres, el principal centro financiero europeo, escapa del ámbito de acción del BCE: los dieciséis países que comparten el euro como moneda única.
Lagarde aboga por la creación de colegios de supervisores. Una fórmula según la cual, por ejemplo, entidades con tentáculos en varios países como el banco Santander (SAN.MC) serían supervisadas por un grupo de supervisores formada por las autoridades nacionales de todos los Estados en los que opera. Pero la última palabra la tendría el supervisor líder: el supervisor del país que acoge la sede de la entidad. Los colegios de supervisores tienen el respaldo de la Comisión Europea cuyo presidente, José Manuel Durao Barroso, querría ver un sistema integrado de supervisión para los 44 mayores bancos europeos, que suman dos tercios de los activos bancarios de la UE.
...Solbes, en contra
Esta misma fórmula ha sido defendida a nivel internacional por Gordon Brown, primer ministro de Reino Unido, quien reclama desde finales del año pasado la creación de colegios de supervisores para las 30 principales entidades financieras mundiales. Pero a finales del año pasado, la aplicación del supervisor líder al sector de las aseguradoras fue torpedeada por, entre otros, Pedro Solbes, vicepresidente español y ministro de Economía y Hacienda.
Los países que tienen grandes aseguradoras (Francia, Axa; Italia, Generali; Alemania, Allianz; Suiza, Zurich) defienden que es la respuesta más adecuada a la realidad del mercado. Pero los países que son fundamentalmente sede de filiales, temen que el supervisor líder adopte decisiones que pongan en peligro la viabilidad de las filiales, y que luego sean los contribuyentes de los países en los que operan las filiales quienes deban rescatarlas.