
Las estimaciones realizadas por diversos organismos e institutos demuestran que la subida, que llega a ser de hasta el 78 por ciento, que prevé el nuevo IRPF en las ayudas a las familias no va a evitar que algunas salgan perjudicadas con el nuevo marco fiscal que se implantará a partir del próximo año.
¿Se puede elevar de forma general la cuantía de las deducciones por hijo y perjudicar a la vez a un número no reducido de familias? En principio parece imposible, sin embargo las estimaciones realizadas por diversos organismos e institutos demuestran que la subida, que llega a ser de hasta el 78 por ciento, que prevé el nuevo IRPF en las ayudas a las familias no va a evitar que algunas salgan perjudicadas con el nuevo marco fiscal que se implantará a partir del próximo año.
Según el Partido Popular, la decisión del Gobierno socialista de modificar la naturaleza de las desgravaciones por circunstancias familiares dejando de aplicarlas sobre la base imponible y activándolas sobre la cuota hará que todos los contribuyentes con hijos con rentas anuales entre los 20.000 y los 60.000 euros salgan perdiendo. Este perjuicio será, además, mayor cuantos más hijos haya en el núcleo familiar.
Según los cálculos de los populares, el ahorro fiscal por el primer hijo será de 432 euros; de 480 por el segundo; de 648 por el tercero y de 672 por cada hijo que se tenga a partir del cuarto.
En su opinión, este cambio beneficiará a aquellos que declaran las rentas más bajas (inferiores a 25.000 euros), es decir las que en el actual impuesto tributan por marginales entre el 15 y el 28 por ciento; pero a partir de esa cantidad los contribuyentes perderán dinero respecto al sistema actual.
¿Quién pierde?
En esa misma situación se ven las familias numerosas, que se han opuesto rotundamente a la filosofía del cambio impuesto por el Gobierno de sacar las ayudas de la base para llevarlas a la cuota.
El Ejecutivo ha operado esta modificación porque entendía que el sistema actual beneficiaba a las rentas altas frente a las bajas, ya que, al desgravarse los contribuyentes directamente sobre su base imponible, el beneficio era mayor cuanto mayor era ésta.
Un ejemplo. Un contribuyente con un hijo que gane 10.000 euros al año se puede deducir sólo 210 euros, mientras que otro que gane 60.000 puede ahorrarse hasta 630.
Para la Federación Española de Familias Numerosas este argumento no es válido porque obvia el principio de capacidad de pago que tradicionalmente ha defendido Hacienda. Es decir, que no hay que tributar sólo por lo que se ingresa, sino por la capacidad real de pago de cada contribuyente.
Esta posición también tiene sus ejemplos para ilustrar el tamaño de la injusticia. ¿Es justo -sostiene- que se desgrave lo mismo un matrimonio con un hijo que ingresa 20.000 euros anuales que otro con una renta de 50.000 euros que tenga cuatro hijos?
Polémica mirando a la UE
El debate está servido. Si se mira más allá de los Pirineos, la mayoría de los países de la Unión Europea optan por la deducción en base para compensar los gastos derivados de las singulares circunstancias familiares de cada contribuyente. Es más, el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), el órgano estatal encargado de investigar las grietas y resquicios del marco fiscal nacional, se muestra más partidario también de las deducciones sobre la base imponible que las aplicadas sobre la cuota.
Desde el Registro de Asesores Fiscales (REAF) se relativiza todo este debate sobre deducciones en base versus deducciones en cuota. Luis del Amo, miembro de esta organización, subraya que las diferencias no serán tan ostensibles y aclara que, de perjudicar a alguien, el sistema de ayudas a la familia que se activará el próximo año perjudicará a las familias con tres o más hijos en las que únicamente uno de los cónyuges trabaje e ingrese entre 45.000 y 75.000 euros anuales.
El programa de ayudas
Y por encima del debate, las cifras. Lo cierto es que el nuevo IRPF elevará cerca de un 50 por ciento la cuantía que Hacienda reconoce como mínimo personal que debe estar exento de tributación. Éste pasa de 3.400 a 5.050 euros.
Las ayudas por hijo también experimentan importante subidas, si bien al aplicarse sobre la cuota su efecto es bien distinto.
Los contribuyentes que tengan un hijo se beneficiarán de una desgravación de 1.800 euros (antes 1.400); por el segundo hijo se tendrá una deducción de 2.000 euros (antes 1.500). El tercer hijo traerá consigo un premio fiscal de 3.600, por los 2.200 del IRPF actual. A partir del cuarto, la cantidad que se podrán desgravar los contribuyentes se elevará a 4.100 euros (antes 2.300).
Deducción por maternidad
El Gobierno también ha accedido finalmente a elevar la cuantía de la deducción por maternidad para madres trabajadoras con hijos menores de tres años. El programa electoral socialista hablaba de ampliarla a todas las madres. Finalmente no será así y las madres trabajadoras podrán reducir en 2.000 euros su declaración de rentas, cuando antes sólo podían hacerlo en 1.200.
Las ayudas por tener un mayor de 65 años viviendo en el domicilio familiar pasarán de 800 a 900 euros; y si la persona supera los 75 años pasará de 1.000 a 1.100 euros.
La presencia de discapacitados en el domicilio familiar también reducirá la factura fiscal: en 2.270 euros si el grado de invalidez es superior al 33 por ciento y en 2.900 si supera el 55 por ciento.