Economía

Muere Milton Friedman, el "sumo sacerdote" del libre mercado

Teresa Bouza

Washington, 16 nov (EFECOM).- Milton Friedman, el premio Nobel de Economía que falleció hoy a los 94 años, pasará a la historia como el "sumo sacerdote" del libre mercado, un pensador que levantó pasiones encontradas y marcó como pocos el siglo XX.

Tanto sus defensores como sus detractores coinciden, de todos modos, en que su visión del mundo era en última instancia sencilla, y se asentaba en su apasionada defensa de la libertad individual y en su convicción de que el libre mercado era la mejor forma de propiciar el enriquecimiento de individuos aislados.

Famoso por no tener pelos en la lengua y por no dar nunca el brazo a torcer, este hombre de pequeña estatura y enorme talla intelectual insistió también en que la libertad económica debía ir acompañada de libertad política.

Conocido sobre todo por su teoría del monetarismo, Friedman ganó gran popularidad en la década de los 80, cuando ejerció una gran influencia en la presidencia de Ronald Reagan (1981-1989) y en el gobierno de la conservadora primera ministra británica Margaret Thatcher (1979-1990).

Ambos líderes adoptaron la idea de que la oferta monetaria era el factor clave a la hora de determinar el crecimiento económico y las tasas de inflación.

Antes de Reagan, Richard Nixon (1969-1974) y Gerald Ford (1974-1977) habían adoptado ya en parte las teorías de Friedman, opuestas al keynesianismo económico que había dominado la política de EEUU desde el "New Deal", una serie de programas que se aplicaron entre 1933 y 1937 para superar la Gran Depresión.

El británico John Keynes sostenía que el Gobierno debía de intervenir en la economía mediante el aumento del gasto y el control de los tipos de interés para evitar de esa forma las crisis económicas, justo lo contrario de lo que pensaba Friedman.

El economista de origen judío defendió el crecimiento moderado y estable de la oferta monetaria, se opuso al control de precios y salarios y criticó a la Reserva Federal estadounidense por intentar interferir en la marcha de la economía.

A pesar de su oposición acérrima a la intervención del Estado, defendió la adopción de un "impuesto de la renta negativo" que permitiría a aquellos que ganaban menos de una cierta cantidad obtener ayuda del Gobierno.

Esas y otras aportaciones a la teoría económica le valieron el Premio Nobel en 1976.

En su ensayo "¿Es humano el capitalismo?" argumentó que "un conjunto de instituciones sociales que hace hincapié en la responsabilidad individual, que trata al individuo (...) como responsable de sí mismo y ante sí mismo, conducirá a una mejor y más deseable atmósfera moral".

Vivió para ver florecer sus ideas en distintos lugares del planeta como América Latina y el antiguo bloque comunista, aunque trató de restar importancia a su contribución.

"Espero que lo que he escrito haya contribuido a ello pero no fue la fuerza movilizadora", dijo Friedman al periódico "The New York Sun" en una entrevista concedida en marzo del 2006.

"Lo que hicimos las personas como yo fue mantener esas ideas vivas hasta que llegó el momento en el que pudieron ser aceptadas", señaló al "Sun".

Nacido un 31 de julio de 1912 en el barrio neoyorquino de Brooklyn en el seno de una familia de emigrantes judíos, la suya es en gran medida la historia del "sueño americano", al lograr convertirse en uno de los economistas más influyentes del siglo XX pese a sus orígenes humildes.

Se licenció en la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey) en 1932 y obtuvo un máster de la Universidad de Chicago al año siguiente y un doctorado en la Universidad de Columbia (Nueva York) en 1946.

Analista de estadísticas para el Gobierno desde mediados de los años treinta inició una fructífera colaboración con el National Bureau of Economic Research que duró hasta 1981.

Profesor de la Universidad de Chicago desde 1946, su carrera docente le llevó a las universidades de Princetown, Columbia y Stanford, entre otras.

Contrajo matrimonio con Rose Director en 1938 y tiene dos hijos, David y Janet, quien co-escribió algunos de los libros con su padre.

Su muerte se vivía hoy como una tragedia en el Instituto Cato, un centro conservador de Washington en el que sus ideas neoliberales han calado hondo y donde hoy se guardaron varios momentos de silencio por su fallecimiento. EFE

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