Los precios del crudo se desploman por la toma de beneficios de los fondos que invierten en materias primas y a la luz de los tranquilizadores inventarios conocidos ayer en EEUU.
Pero las presiones sobre los precios persisten, debido a la preocupación por el programa nuclear de Irán, un exportador clave, y la posibilidad de que corte el suministro por la presión internacional. Además, inciden la elevada demanda global, los disturbios en Nigeria y la preocupación por la próxima temporada de huracanes en el Golfo de México.
El petróleo ligero West Texas con entrega en junio cae 2,6 dólares, o un 3,4%, hasta los 69,6 dólares en el mercado de Nueva York. El 21 de abril se alcanzó un máximo de 75,35 dólares. Mientras tanto, el Brent baja cerca del 3%, hasta el entorno de los 70 dólares en el mercado de Londres.
En las últimas cuatro semanas, la media diaria de demanda de gasolina en Estados Unidos fue de 9,127 millones de barriles, frente a los 9,125 millones de barriles de hace un año, según el Departamento de Energía. Desde comienzos de año, la media de demanda de gasolina ha estado muy ligeramente por encima de los 9 millones de barriles al día, algo por debajo de hace un año.
Aún así, los precios del crudo son alrededor del 40% más altos que hace un año, como consecuencia de las tensiones geopolíticas, que no parece que vayan a aliviarse a corto plazo, según los analistas.
Un representante iraní reiteró ayer la intención del país de seguir enriqueciendo uranio, mientras que el Subsecretario de Estado estadounidense, Nicholas Burns, señaló que cree que los gobiernos europeos acordarán sanciones contra Teherán.
Estados Unidos, el Reino Unido y Francia planean introducir una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU esta semana en contra de las pretensiones de Teherán. China, miembro del consejo con derecho de veto, es un destacado comprador de petróleo iraní.
