
El Gobierno superará este año los 500 millones de euros en operaciones militares en el exterior. El envío de un millar de efectivos al Líbano supondrá un coste de 120 millones en seis meses
Al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le falta tiempo, cada vez que acude a una cumbre internacional, para erigirse en el defensor de la paz en el mundo. La manida Alianza de Civilizaciones da cuenta de ese afán y el coste de predicar con el ejemplo en forma de misiones militares en el exterior lo corrobora.
Al final de este año, España habrá gastado más de 500 millones de euros en las distintas operaciones que tiene en marcha (Afganistán, Líbano y Kosovo son las más renombradas), un 25 por ciento más que el año pasado y prácticamente el doble que la media de los últimos cuatro años del Partido Popular en el poder (sumando a ésta incluso el coste del despliegue en Irak).
Aunque no parece que Zapatero le vaya a pasar lo mismo que a Bush -al que los costes humanos y económicos de la guerra de Irak acaban de pasarle minuta electoral-, la presencia de las fuerzas armadas españolas lejos de nuestras fronteras es cada vez más costosa. Prueba de ello es que, hasta finales de 2004, la suma global del gasto en este tipo de misiones desde 1989 era de 2.500 millones.
Dos años después, y según admite el Ministerio de Defensa, el cómputo general desde ese 1989 en el que España comenzó a colaborar en estas operaciones internacionales asciende a 3.500 millones. Y eso que el Ejecutivo socialista aprobó una limitación de la presencia española fuera de 3.000 efectivos, toda vez que los 3.600 hombres y mujeres que se tuvo en 2003 -por culpa de Irak- era exagerado.
Doble escalada
Pues bien: ahora estamos cerca de esa límite legal que el Ministerio se marcó, pero la factura que debe pagar el Estado crece sin parar.
2003
En aquel ejercicio de 2003, y con la campaña iraquí de por medio, Defensa se gastó algo más de 450 millones. Un año antes había pagado 315 millones y en 2000 y 2001 rondó los 200 millones en cada caso.
2004
Llegados a 2004, y tras el repliegue ordenado por Zapatero en abril, el coste se redujo sensiblemente, de 450 a 309 millones. ¿Era un lógico cambio de tendencia, habida cuenta del carácter más pacifista del PSOE? No, exactamente.
2005
En 2005, la cifra engordó otra vez por los refuerzos que se enviaron a Afganistán y, al término del ejercicio, la cuenta salió por 416,5 millones. Que es lo mismo que costó el esfuerzo en el famoso año de 2003.
2006
La escalada ha continuado este mismo año. En una respuesta parlamentaria, el Ministerio de Defensa explicó que entre enero y septiembre de 2006 se habían movilizado 425 millones de euros.
Misión humanitaria
A esta cantidad hay que sumar la que se ha considerado misión humanitaria más cara del Ejército español: la del Líbano, que comenzó a mediados de ese mes de septiembre. El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, calculó que en seis meses se gastarían en el país de Oriente Medio 120 millones de euros, a razón de 20 millones cada 30 días (también matizó que la factura mensual se reduciría a partir del sexto mes, ya que lo más gravoso es el despliegue inicial).
Sea lo que sea, la barrera de los 500 millones de euros se franqueará sin problemas al cierre del ejercicio y se batirá un nuevo récord en la corta historia de las acciones exteriores. La diferencia con respecto a 2003, dice el PSOE, es que ahora todas las misiones están amparadas por la ONU.
Pese a todo, los Presupuestos Generales no sufrirán tanta desviación de gasto, ya que el Gobierno toma el dinero para esta partida del Fondo de Contingencia y no de los fondos de Defensa. Es más: las previsiones del Departamento de Alonso para este concepto son más simbólicas que otra cosa y apenas llegan a los 18 millones. Si se sumara el coste real de la partida -500 millones- Defensa tendría un Presupuesto el 6,25 por ciento mayor.