
Un consenso casi unánime emergió ayer de los primeros debates de la edición de 2009 del Foro Económico Mundial. Los grandes jefes de las mayores multinacionales se resignan a aceptar que las deficiencias del mercado han generado la actual recesión. E imploran que los Gobiernos apuntalen la economía y la banca con el dinero del contribuyente.
"Hay que parar la recesión y hacer un uso intenso de remedios keynesianos", reclamó Stephen Green, presidente del banco británico HSBC.
Pero ninguno garantiza que los planes de estímulo de la actividad económica -rebajas fiscales y aumento del gasto público- vaya a funcionar. "No funcionó en la Gran Depresión de los años 30", recordó Rupert Murdoch, presidente y consejero delegado del imperio mediático News Corporation.
Los jefazos temen además que, a largo plazo, la irrupción pública degenere en proteccionismo, exceso de reglamentación y otros lastres al crecimiento y el libre mercado. Así que reclaman que, apenas la economía vuelva a la normalidad, los poderes públicos emprendan la retirada. "Vivimos una emergencia temporal. Luego deberá reducirse el papel de los Gobiernos", defendió el multimillonario inversor y especulador George Soros, en sintonía con el grueso del Foro.
De tres a diez años de crisis
Stephen Roach, presidente en Asia de Morgan Stanley, aguró que "no veremos al menos en tres años" el crecimiento que hasta 2007 vivió el Producto Interior Bruto (PIB) global. Y previó para 2009 un crecimiento mundial medio "anémico" de alrededor del 2,5%, "cercano a una recesión global". El japonés Heizo Takenaka, director del Instituto de Seguridad Global de la Universidad de Keio, y Martin Wolf, uno de los analistas con más prestigio del diario Financial Times, tacharon a Roach de demasiado optimista.
Murdoch aseguró que "la crisis está empeorando" y colocó entre uno y cinco años la horquilla de su posible duración, aunque dudó de una mejoría rápida. Soros, por su parte, acusó a la Administración Bush de actuar excesivamente tarde contra la crisis en Estados Unidos. Y añadió que el problema ya es demasiado grande como para que la Administración Obama evite que la situación siga deteriorándose. Soros afirmó que se ha producido el colapso de un sistema; que para recuperar el crecimiento hay que esperar a que nazca otro nuevo, cuyo motor será más lento y podría ser la lucha contra el cambio climático y la diversificación de las fuentes de energía; y que el PIB de EEUU difícilmente volverá a crecer por encima del 3% en la próxima década.