La Cámara de Representantes de EEUU aprobó, con la oposición en bloque de los republicanos, el plan de estímulo de 816.000 millones de dólares propuesto por los demócratas. La oposición, minoría en la Camara, rechazó lo que considera una propuesta de tintes socialistas y que sienta las bases de un Estado de bienestar a la europea. El plan costará lo mismo que la guerra de Irak y, junto a la propuesta paralela del Senado, elevará los niveles de deuda a cotas no vistas desde la Segunda Guerra Mundial.
Con 244 votos a favor y 188 en contra, los legisladores aprobaron un plan que incluye recortes tributarios para las familias y pequeñas empresas e inversiones en infraestructura y programas sociales en los próximos dos años. Todos los representantes republicanos y 11 demócratas votaron en contra, por lo que las aspiraciones bipartidistas de Obama quedan en entredicho.
El importe inicial del plan era de 825.000 millones de dólares, pero la oficina de presupuesto del Congreso estimó finalmente que el coste total del programa es de 816.000 millones, a lo que se sumó una enmienda de 3.000 millones el miércoles para financiar proyectos de transporte público.
Tras la votación 244-188, Obama llamó al Senado a aprobar el proyecto. "Estoy agradecido a la Cámara de Representantes por aprobar (el plan de) Recuperación y Reinversión hoy", afirmó el presidente por medio de un comunicado minutos después de la votación
"El plan pasa ahora al Senado, y espero que podamos seguir reforzándolo antes de que llegue a mi escritorio", dijo Obama, en una clara señal de que no ha renunciado a la idea de introducir reformas en el proyecto con el fin de lograr más apoyo republicano.
La votación definitiva se ha producido a las 23.15 GMT, momentos después de que se derrotara una alternativa presentada por la minoría republicana, que ha tachado el plan de estímulo de costoso e ineficaz para espolear la maltrecha economía. También se rechazó otra propuesta republicana para modificar el texto del plan.
Una auténtica revolución
La 'bronca' que ha provocado el plan no es gratuita. Tal y como señala la edición digital de WSJ, los republicanos tienen serias dudas de si este plan no supone toda una "socialización" de la economía más que un plan concreto de estímulo ante una crisis excepcional -de hecho, buena parte del dinero se gastará en 2010 e incluso después- y traerá consigo la puesta en marcha de un Estado del bienestar a la europea.
Según el diario, el plan resume toda la filosofía de Obama, tal y como demostró en su discurso de investidura, resumida en la idea de una nación en crisis que ha ido más allá de los "argumentos políticos rancios" sobre el tamaño y el alcance del Gobierno.
Como señala un diputado republicano: "La estrategia que subyace en este plan es tirar miles de millones de dólares en cada uno de los departamentos de la Administración, cruzar los dedos y esperar lo mejor".
Así, la oposición republicana ha visto en el plan una clara apuesta por hacer resurgir al Estado como actor con mayor importancia en la esfera política -un concepto en clara retirada durante la Administración Bush y, por ende, muy arraigado durante las últimas décadas en la mentalidad estadounidense- y el claro riesgo de que, de conseguir los frutos deseados, el plan acabe beneficiando y fortificando políticamente al bando demócrata durante años.
Y es que aunque la mayor parte del programa, unos 526.000 millones, se gastará en 2009 y 2010, la inversión en algunos proyectos (como los dedicados a la educación) durará más allá de lo que se espera que dure la recesión, avivando el debate sobre el rol del Estado.
Entre las medidas sociales que incluye el plan se incluye el acceso a la sanidad de los desempleados, créditos para estudiantes y un impulso a las energías renovables, medidas que permanecerán durante todo el mandato de Obama. Entre otros, también habrá partidas de dinero destinadas a luchar contra las enfermedades de transmisión sexual, para fomentar el arte o para programas contra el tabaquismo.
Un plan de 647 páginas
El plan ante la Cámara Baja, de 647 páginas, tiene el objetivo de crear o preservar entre tres y cuatro millones de empleos, más inversiones en la infraestructura nacional y en proyectos energéticos, y ayudas para los desempleados y para los gobiernos locales y estatales.
En total, el proyecto de ley incluye poco más de 365.000 millones de dólares para la infraestructura nacional, 180.000 millones de dólares en ayudas para los desempleados y para otros programas sociales, y 275.000 millones en recortes tributarios (centrados sobre todo a las familias con menores ingresos) que incluiría un crédito de 500 dólares para cada trabajador.
Obama: "No hay tiempo que perder"
El presidente Barack Obama, que esperaba un apoyo bipartidista al plan, insistió en que en la economía atraviesa un momento "peligroso" y que "no hay tiempo que perder". El martes, siete días después de su investidura, Obama se desplazó al Capitolio para persuadir a sus detractores republicanos.
Pese a los intentos de Obama, los republicanos presentaron una alternativa con más recortes tributarios y que, a su juicio, costaría menos y duplicaría la creación de empleos. Así, la votación de hoy reflejó la disputa entre ambos partidos sobre el alcance y contenido del plan.
Durante un agitado debate, la mayoría de los demócratas insistió en que el plan creará empleos y fomentará el crecimiento económico, mientras los republicanos replicaban que los gastos fiscales son excesivos y que los recortes de impuestos no son suficientes.