Reportajes

Mercedes celebra los 10 años de la pasión off-road de sus clientes

Paul Daimler estableció los fundamentos para el diseño de vehículos con transmisión a las cuatro ruedas allá por 1903. Fue entonces cuando comenzó la historia de Mercedes en el mundo 4x4. Con el paso del tiempo, esta tecnología se ha ido introduciendo en una amplia gama de vehículos Mercedes-Benz, tanto turismos como vehículos industriales.

En el mundo del motor se ha acuñado la máxima de que la transmisión a las cuatro ruedas constituye la forma mejor y más segura para circular por carreteras en mal estado, de ahí la importancia de una tecnología que hoy no sólo sigue muy viva, sino que gana adeptos día a día.

En el año 1997, la firma alemana saca al mercado la clase M, un 4x4 que permitía un uso off-road del vehículo, es decir, circular por caminos complicados sin tener muchos conocimientos en este tipo de conducción.

Unos pocos años después, concretamente en el 2000, Mercedes creaba el Club M en el que ofrecía a sus socios hacer atractivas rutas "off-road", las cuales combinaban aventuras con ocio en familia.

Dado el éxito que tuvo esta iniciativa, la marca se vio obligada a incrementar sus servicios, convocando los primeros cursos para este tipo de conducción enfocados con la seguridad y el respeto al medio ambiente. Los más experimentados gozaron de la posibilidad de hacer excursiones por Túnez y Marruecos.

Cambio de nombre

Con el paso del tiempo, Mercedes ha ido ampliando su gama de todoterrenos, a las clases G y ML se unieron el GL y el GLS. Por lo que en 2007 se vio obligada a cambiar el nombre del club por el de, Club Mercedes Off-Road Adventure.

Todo aquel que adquiera un Mercedes G, GL, ML ó GLK pasa inmediatamente a formar parte de esta asociación. Actualmente este club cuenta con más de 6.000 socios e incluye cursos de conducción off-road en nieve o barro así como rutas de distinta dificultad y duración para satisfacer las necesidades de todos los usuarios.

Por el 10º aniversario de la creación del Club, se ha establecido como base para este tipo de actividades, la finca Monte de Cutamilla situada en las proximidades de Sigüenza (Guadalajara). Un territorio de 1.200 hectáreas en las que los amantes de este tipo de zonas podrán conducir salteando distintos obstáculos naturales, al igual que recibir diferentes cursos.

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