Pruebas

Ferrari GTC4 Lusso: un bólido para conducirlo todos los días

Solo Ferrari podía hacer algo así. Solo en una auténtica fábrica de sueños como es Maranello cabría imaginarse un modelo tan especial como el GTC4 Lusso. ¿El Ferrari definitivo? Afirmar esto quizá sería demasiado porque la gama está repleta de modelos que desbordan pasión por los cuatro costados, pero lo que sí tenemos claro es que no existe otro cavallino rampante más completo que este.

Completo porque es capaz de poner los pelos de punta y cortar la respiración a cualquiera que lo conduzca o viaje a bordo -como todos los Ferrari, claro-, pero a la vez es práctico. Sí, aunque parezca mentira, lo es. El GTC4 Lusso tiene cuatro plazas totalmente practicables, un maletero con amplio portón y un volumen de 450 litros y, para colmo, es un devorador de kilómetros porque puede ser suave y silencioso si así lo quiere su dueño. Es decir, es un auténtico gran turismo por el concepto que representa, ya que permite rodar rápido -más bien a ritmo endemoniado- sin que el pasaje se resienta lo más mínimo.

Lo cierto es que esa suavidad al principio sorprende. ¿No se supone que en el ADN de Ferrari hay un gen inmutable que hace que todos sus modelos suenen de forma muy agresiva? Desde luego, en todos los que he podido probar hasta el momento así es. Pero no, este coche es distinto. Al arrancar suena un bramido muy llamativo a través de sus escapes, que deja bien claro que en las entrañas del GTC4 Lusso se esconde un V12 muy serio, sin embargo, al empezar a rodar se percibe una cierta calma cuando se acelera de forma suave y no se supera un determinado régimen de giro. Esto no es casual, en la marca italiana tienen claro a qué tipo de cliente va dirigido este modelo, que no es otro que una persona de mediana edad capaz de recorrer una respetable cifra anual de kilómetros (hasta un 50% más de lo habitual en otros modelos de la marca) en unos viajes en los que, además, suele ir acompañado de varios pasajeros la mayor parte del tiempo.

Todo empieza a cobrar sentido entonces. Un modelo así, al no tratarse de un mero juguete de fin de semana, necesitaba dosis extra de confort y practicidad. Y las tiene. Pero que nadie se lleve las manos a la cabeza, porque si algo destaca en este Ferrari es precisamente su capacidad para convertirse en todo lo contrario en un abrir y cerrar de ojos. Basta con girar el manettino del volante (un selector de modos de conducción) hacia las posiciones más deportivas y hundir el pie en el acelerador para tener una experiencia salvaje. En este momento se termina cualquier atisbo de suavidad y nos topamos de frente con todo un Mr. Hyde a la italiana, que hace aullar su motor V12 hasta las 8.000 vueltas con un empuje superlativo, un paso por curva tremendamente certero y una dosis de pasión desorbitada. Así es el GTC4 Lusso, puramente bipolar. Gracias a ello se convierte en el Ferrari para todo.

Mejoras frente al Ferrari FF

Si lo comparamos con su predecesor -Ferrari FF- el nuevo modelo conserva esa silueta tipo shooting brake con la trasera cortada a cuchillo e incluso sus medidas exteriores son prácticamente calcadas. Sí cambia el diseño de los faros, pilotos, parrilla y techo; también crece el espacio interior, donde hay hasta 16 milímetros extra para las piernas, y llegan nuevos sistemas de infotainment, entre otros tantos detalles.

Sobre esto último destacan dos cosas: la pantalla central táctil de 10,25 pulgadas y el nuevo display de configuración horizontal que se sitúa en el salpicadero a la altura del acompañante. Sin duda, esta es una de las grandes novedades que incorpora el GTC4 Lusso. Hasta el momento no habíamos visto una solución similar en otro coche y nos parece todo un acierto ya que en cierto modo hace que el copiloto también sea partícipe durante la conducción.

En esta pantalla se muestra información relativa a la aceleración, al régimen de giro, a las fuerzas G o al modo de conducción seleccionado, pero también permite ver pantallas de navegación y del sistema infotainment. Es táctil y el acompañante la puede encender, apagar y manejar a su antojo. En realidad no permite hacer cambios en todo lo anterior, simplemente es una pantalla de visualización, pero no deja de ser un entretenimiento añadido -sobre todo lo que tiene que ver con las prestaciones del coche- para quien va en el asiento derecho. Eso sí, la pantallita no forma parte de la dotación de serie y su precio ronda los 4.000 euros. Que nadie espere encontrar elementos asequibles en la lista de opciones...

El corazón de la bestia

Antes de hablar de sensaciones, aquí va la ficha técnica del Ferrari GTC4 Lusso:

-Motor: V12 a 65º

Cilindrada: 6.262 cc

Potencia: 690 CV a 8000 rpm

Par motor: 697 Nm a 5,750 rpm

- Régimen máximo de giro: 8.250 rpm

- Cambio: automático doble embrague y 7 velocidades

- Tracción: integral

- Aceleración 0 a 100 km/h: 3,4 segundos

- Velocidad máxima: 335 km/h

- Consumo mixto: 15 l/100 km

- Frenos: con discos cerámicos de serie (398 mm delante y 360 m detrás)

Aunque estas cifras hablan por sí solas, merece la pena contar una serie de cosas acerca de este propulsor. Para empezar, es atmosférico, algo que gustará y mucho a los puristas. Es un motor al estilo de la vieja escuela pero con todas las innovaciones posibles. Aquí no hay turbos ni compresores, simplemente un motor de 12 cilindros en V con un cubicaje de 6,2 litros, que respira a pleno pulmón y roza los 700 CV de potencia.

Su respuesta es simplemente espectacular. Empuja con vehemencia desde la zona baja del cuentavueltas, casi como si tuviera algún tipo de asistencia de sobrealimentación, sigue subiendo con fuerza y, al llegar a las 6.000 rpm se desata la locura. En este momento comienza una escalada de revoluciones más rápida e intensa, acompañada de un sonido tremendamente agudo, y parece que no va a llegar nunca a su fin.

Es un motor inagotable, un prodigio de la mecánica que estira como un chicle y que permite jugar con el cuentarrevoluciones como ya casi no es posible hacer con casi ningún modelo del mercado. Sinceramente, en plena era de la eficiencia, del turbo y la reducción de la cilindrada es un gustazo ver que aún quedan motores así. Quizá sean políticamente incorrectos, pero el nivel de satisfacción que transmiten es tan elevado, que si por nosotros fuera, no los eliminaríamos jamás del panorama automovilístico.

En el apartado de consumos y emisiones ha mejorado frente al motor del FF, que es básicamente el mismo pero algo menos potente. Aún así los 15 l/100 km oficiales que anuncia se convirtieron en más de 30 litros a los cien durante un intenso recorrido por tramos revirados de montaña. Una locura, sí. Pero es que todo en este coche es superlativo. En cualquier caso, la situación se vuelve más sostenible cuando llegamos a la autovía y circulamos a velocidad constante. En este momento bajan las pulsaciones y todo se vuelve más normal: el sonido del motor apenas se percibe en el habitáculo, el cambio elige la marcha más larga para hacer cruceros a regímenes bajo de revoluciones y sólo queda devorar kilómetros. Por cierto, la transmisión es automática de doble embrague y tiene un funcionamiento muy rápido, sobre todo en el modo de conducción más deportivo.

A los mandos todo resulta fácil

Para hacer las cosas más fáciles, este Ferrari cuenta con un sistema de tracción total que eleva la motricidad a niveles muy altos. En condiciones normales el coche se mueve en tracción trasera, pero si es necesario el sistema reparte la fuerza al eje delantero en la proporción que haga falta (hasta un máximo del 90%). Otra novedad es el sistema de cuatro ruedas directrices que ayuda a completar los giros, especialmente los más cerrados, de la manera más fácil y efectiva posible. Al final, el resultado es un coche cargado de electrónica (también la suspensión es regulable en dureza), pero que apenas se aprecia. Lo que permite es poder circular muy rápido y eficazmente con el coche siempre por su sitio, sin apreciar apenas los controles. Sin duda, el GTC4 Lusso es uno de esos coches que hace bueno al conductor.

Potente y agresivo; suave y silencioso; práctico y versátil... lo último de Ferrari parece tenerlo todo a su alcance. Es un producto caro, no lo vamos a negar (302.508 euros en nuestro mercado), y además deja en el catálogo de opciones muchos elementos apetecibles que casi obligan al comprador a seguir aflojando la cartera más allá del precio base. Pero, ¿qué más da? Es un sueño sobre ruedas, y los sueños no tienen límites...

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