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BMW X1 18d sDrive: ¿por qué es el preferido?

Nos ponemos a los mandos del nuevo BMW X1 en su variante diésel más equilibrada: 18d con tracción delantera sDrive y cambio automático. En la marca tienen claro que este este será el X1 más vendido. Las claves, aquí.

Hace poco más de un mes nos subíamos por primera vez al renovado BMW X1. Más que una simple renovación, en realidad se trata de un nueva generación del todocamino alemán que, a pesar de conservar su condición de SUV de acceso a la marca (es el más pequeño y económico) parece tener unas miras cada vez más altas.

En aquella toma de contacto quedamos gratamente sorprendidos con el nuevo diseño, que dejaba a la vista unas líneas exteriores modernizadas y un interior mucho más trabajado. También nos llamó la atención la habitabilidad y el maletero, claramente mejorados, así como la dotación tecnológica e incluso la nueva configuración mecánica.

Para quien aún no esté familiarizado con este nuevo BMW, quizá deba saber que ya no hay rastro de la tracción trasera ni del motor longitudinal. El X1, igual que otros modelos recientemente llegados a la gama, ha decidido subirse al carro de la modernidad a la hora de adoptar motores transversales que envían la fuerza al eje delantero (o al delantero y el trasero en el caso de las versiones xDrive con cuatro ruedas motrices).

BMW se adapta a los nuevos tiempos

Pero que nadie se asuste, y esto va para los más puristas: el nuevo X1 tiene un comportamiento dinámico incluso mejor que el de su predecesor. Es cierto que en las versiones de tracción a un sólo eje ha cambiado la cosa, ya que ahora el motor tira del coche en vez de empujarlo (los que hayan probado la tracción y la propulsión sabrán que existen diferencias palpables entre una y otra), pero de alguna manera el coche sigue teniendo unas reacciones muy BMW y no creemos que este hecho deba preocupar a nadie. Tampoco es un modelo pensado para una conducción deportiva, como sí lo son otras series de la marca, así que en este apartado casi nos atrevemos a decir que la decisión de optar a esta configuración mecánica en la nueva plataforma es un acierto.

Tras conducir durante una mañana un par de versiones en el evento de lanzamiento a la prensa, nos quedamos con las ganas de probar más a fondo la que, sin duda, tendrá más éxito entre los clientes. Nos referimos al BMW X1 18d sDrive que hoy tenemos entre manos. Teniendo en cuenta que los motores diésel y la tracción a un eje ganan por goleada en este segmento, y que el rango de potencia más demandado se sitúa en torno a los 150 CV, es evidente que este es el X1 más interesante para la gran mayoría.

En el equilibrio de su motor diésel está la clave

¿Y qué caracteriza a esta versión que aspira a superventas? En primer lugar, el motor. Se trata de un cuatro cilindros de 2 litros y 150 CV, que da buenas prestaciones unidas a un consumo muy contenido. La moderación es su mayor virtud, ya que mueve con soltura al coche, es más silencioso de lo esperado y gracias al cambio automático de 8 velocidades (opcional) aprovecha al máximo sus posibilidades. Para ser del todo redondo echamos de menos algo más de nervio, pero estamos seguros que su manera de entregar la potencia es capaz de cubrir las expectativas de un buen porcentaje de conductores. No obstante, quien busque un carácter más marcado siempre puede recurrir a los 20d ó 25d (de 190 y 231 CV) que ofrecen una mayor capacidad de aceleración.

El 18d, como decíamos, se sitúa en el punto de equilibrio entre los dos motores más potentes que acabamos de citar y el que abre la gama (16d, tricilíndrico de 116 CV). De serie monta un cambio manual de 6 velocidades que, todo sea dicho, no funciona nada mal. Aunque si tuviéramos que elegir un solo elemento de la lista de opciones, sin duda nos decantaríamos por el cambio automático de nuestra unidad de pruebas. El precio sube algo más de 2.000 euros, pero las ventajas que aporta en cuanto a comodidad y gestión del motor son tan evidentes que no podemos dejar de recomendarlo. Por otra parte, también es posible elegir la tracción integral xDrive como alternativa a la tracción delantera de serie, pero aquí ya habría que tener las cosas más claras, ya que habría que sumar otros 3.500 euros a la factura final. Las cuatro ruedas motrices pueden ser un buen aliado para aquellos usuarios que suelan hacer escapadas por zonas no asfaltadas y/o superficies deslizantes, pero para el resto resulta prescindible.

Más espacio y habitabilidad

En el apartado práctico, el BMW X1 18d sDrive es un coche que sorprende por su maletero de 505 litros de formas aprovechables y con amplia boca de carga, así como por su fila trasera de asientos abatible en un solo movimiento que permite cargar objetos de gran tamaño. Además, todas las plazas son más amplias y cómodas que en la generación anterior, así que ya no sirve la excusa del tamaño a la hora de descartarlo frente a otros rivales premium. Tanto por habitabilidad, como por confort, versatilidad y, ya puestos, por diseño, este X1 ha subido varios peldaños hasta convertirse en una de las referencias de su segmento.

Su precio, 34.578 euros (32.400 con cambio manual) no es precisamente bajo, sobre todo, si tenemos en cuenta que el equipamiento de serie no es abundante. Comprado con sus competidores alemanes pierde puntos en este apartado, pero también es cierto que es más moderno que, por ejemplo, un Audi Q5 o un Mercedes GLA. El salto que ha dado frente a la generación precedente es notable en todos los sentidos y, quizá, esto justifique una factura final ligeramente más elevada.

Ficha técnica

Motor: diésel 4 cilindros, 1.995 cc

Potencia: 150 CV a 4.000 rpm

Par motor: 330 Nm a 1.750-2.750 rpm

Consumo mixto oficial: 4,3 l/100 km

Transmisión: automática, 8 velocidades

Dimensiones: 4,439 m / 1,821 m / 1,598 m

Maletero: 505 litros

Velocidad máxima: 205 km/h

Aceleración 0-100 km/h: 9,2 segundos

Precio: 34.578 euros

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