La marca Polaris se ha especializado en vehículos singulares, diferentes al resto, pero que aportan sensaciones fuertes a quienes los pilotan. Es el caso del nuevo Slingshot, un coche biplaza de tres ruedas destinado al ocio y al disfrute sobre el asfalto.
Desde que KTM lanzó su explosivo X-Bow no habíamos visto un 'invento' de planteamientos tan radicales. Y es que el Slingshot aloja un motor de coche 2.4, de origen GM, con cuatro cilindros y 173 CV de potencia. Se conduce con un volante y la caja de cambios es manual y de cinco velocidades.
Al acelerar, los 227 Nm de par motor se transmiten mediante una correa dentada a la enorme rueda posterior. Y ahí es donde comienza la diversión porque la ligereza del Slingshot, que sólo pesa 786 kilos, hace que salga disparado y alcance desde parado los 100 km/h en tan sólo 6 segundos.
Por supuesto, los derrapajes están siempre en el programa, aportando grandes sensaciones al más puro estilo roadster. Pero no son sólo valoraciones subjetivas ya que los valores de las prestaciones están a la altura de un coche deportivo convencional. A la ya comentada aceleración, se suma una velocidad punta de 200 km/h.
ESP solo para las curvas
De carrocería abierta y con un escueto parabrisas, el Polaris deja a sus ocupantes expuestos al viento, por lo que se les aconseja utilizar casco aunque está homologado para circular sin él. Pero sí tendrán que hacer uso siempre de los asientos tipo bacquet con arnés para permanecer bien sujetos en las explosivas aceleraciones, los pasos por curva y las frenadas.
La seguridad está garantizada por un control de estabilidad pero que funciona sólo con la dirección girada para controlar las pérdidas de adherencia en curva. En las rectas, se puede sacar humo del neumático acelerando sin contemplaciones ni injerencias electrónicas.
Comercializado ya en Europa por unos 30.000 euros y con sólo 3,80 metros de longitud (¡pero casi 2 metros de ancho!), el Polaris Slingshot es un caro juguete para quienes quieran divertirse siempre conduciendo. Aunque sea yendo a comprar el pan.