Porsche soltó ayer una de las grandes bombas del Salón de Frankfurt, con la presentación del Mission E, un deportivo eléctrico de cuatro plazas con 500 kilómetros de autonomía y que recarga el 80% de su batería en menos de 15 minutos. ¿Estamos ante el anti-Tesla definitivo?
Este concept car, que proyecta las inconfundibles líneas del diseño made in Porsche, presume de prestaciones a cargo del primer propulsor de 800 voltios. Sus cifras asombran: los 500 kilómetros de autonomía que promete lo igualan al coche de Tesla y su recarga rápida reduce a la mitad los 30 minutos que tarda en cargar sus baterías al 80%.
Por si fuera poco, su rendimiento poco tiene que envidiar al de la berlina californiana (a pesar de que la última versión de esta aún supera a este concepto de Porsche). Los más de 600 CV de su motor lo aceleran de 0 a 100 km/h en menos de 3,5 segundos y dispone de varias tecnologías adoptadas de competiciones automovilísticas de largo recorrido.
Lo mejor de la competición
El motor del Mission E, probado en el automovilismo de competición, es nuevo pero, a la vez, dispone de tecnología típica de Porsche: dos motores sincrónicos de imán permanente (PSM), similares a los utilizados en el coche vencedor de Le Mans 2015, el 919 Hybrid, aceleran el deportivo recuperando energía en el proceso de frenado.
Los motores ofrecen un rendimiento total superior a los 600 CV catapultando al Mission E a 100 km/h en menos de 3,5 segundos y a 200 km/h en menos de 12 segundos. Además, presume Porsche "al alto grado de eficiencia, la alta densidad de potencia y el desarrollo de potencia constante se le suma otra ventaja": los nuevos motores desarrollan su potencia máxima incluso durante la aceleración repetida en breves plazos de tiempo. La tracción total, controlada según la demanda, transmite potencia a la carretera, mientras que la dirección activa en las cuatro ruedas determina la dirección deseada deportivamente de forma muy precisa.
El Mission E presenta también otra característica habitual en los deportivos de Porsche es el concepto de construcción ligera con una distribución óptima del peso y un centro de gravedad bajo. La batería, situada en los bajos del automóvil, se extiende en toda su longitud entre el eje delantero y el eje trasero. De este modo, el peso se distribuye de forma homogénea en ambos ejes propulsores estableciendo un balance equilibrado que, por otro lado , propicia un centro de gravedad del deportivo extremadamente bajo, lo que mejora el rendimiento y la sensación deportiva.
La carrocería, por su parte, es una mezcla de aluminio, acero y plástico reforzado con fibras de carbono, material este último del que se componen sus anchas llantas de 21 y 22 pulgadas.