
En España Skoda se hizo conocida para el gran público cuando entró a formar parte del grupo Volkswagen allá por 1991. Pero su historia es mucho más lejana. Sin intención de remontarnos a finales del siglo XIX, cuando Laurin y Klement fundaron aquella empresa de bicicletas que acabaría convirtiéndose en la actual Skoda, sí interesa viajar hacia a los años 70 del siglo XX. Fue en esta década cuando nacieron las siglas RS, asociadas a modelos de competición derivados de coches de calle.
En 1977, un Skoda 130 RS al que se conocía comúnmente como 'el Porsche del este' por su configuración todo atrás (motor y tracción) ganaba el Rallye de Montecarlo en la categoría de hasta 1.300 cc. Todo un hito para la firma checa, que supo hacerse un hueco entre los fabricantes de renombre que, tradicionalmente, subían al primer cajón del podio en este rallye de complicados tramos.
Y con un pequeño salto mas llegamos a la era moderna, concretamente al año 2000, cuando vuelven a aparecer las siglas RS, esta vez ya en un modelo de producción en serie: el primer Octavia RS se convirtió aquel año en una alternativa generalista a las berlinas de altas prestaciones. Calidad del grupo VW, motor rabioso, buen nivel de versatilidad… ¿qué más se podía pedir? A partir de aquí, las siglas RS han ido acompañando a Skoda en todas sus generaciones hasta llegar a hoy, momento en el que nos subimos al primer SUV con este apellido deportivo, que no es otro que el Skoda Kodiaq RS.
El Skoda Kodiaq RS es un modelo valiente. Y lo es por varios motivos. Primero, porque se atreve a hacer sombra a rivales -algunos de ellos de marcas premium- con su motor de 240 CV, su chasis de tarado deportivo y su imagen agresiva; y segundo, porque es diésel. El simple hecho de pensar en un modelo de corte deportivo y diésel hace pensar que nos hemos metido en una cápsula del tiempo que nos ha hecho retroceder una década atrás, cuando todo valía en el mundo del gasóleo.
Pero no, estamos en 2019 y en Skoda tienen claro que este coche tiene sentido con su TDI biturbo bajo el capó (no estará tan muerto el diésel como algunos dicen), que permite una muy buena aceleración unida a un consumo relativamente contenido, ecuación que con un motor de gasolina y en un coche de semejante tamaño y peso sería imposible de alcanzar. Tan en serio se han tomado el desarrollo de este coche que han hecho de él el SUV de 7 plazas más rápido de Nürburgring. Nada mal como argumento de venta para un coche que aspira a ser imagen de marca, más que un coche de volumen.
Los rasgos que lo definen
Visto desde fuera, el Skoda Kodiaq RS se distingue por el emblema rojo en el frontal, la doble salida de escape, las luces LED de los pilotos y los numerosos elementos pintados en color negro, como la parrilla, los marcos de las ventanillas, las barras del techo o los retrovisores. También son específicas las llantas X-Treme de 20 pulgadas -muy similares a las del Octavia RS-, las pinzas de freno rojas y otros detalles como el azul de la carrocería que figura en esta imagen.
En el interior los asientos deportivos en cuero/Alcantara marcan la distinción, junto a ciertos elementos como el Virtual Cockpit, que es esa instrumentación digital que ya lleva tiempo presente en varios modelos del grupo VW y que ahora también ha adoptado -y personalizado- Skoda.
Pero la verdadera seña de identidad es ese motor 2.0 BiTDI, que se asocia a un sistema de cuatro ruedas motrices y a la transmisión automática DSG de 7 velocidades. ¿Sus cifras? 240 CV de potencia, 500 Nm de par, 6,9 segundos en el 0-100 km/h, 8 litros (WLTP) de consumo medio y unas sensaciones a bordo que aumenta gracias al sistema Dynamic Sound, que hace llegar al interior un sonido más intenso, como de motor gordo, que sumerge al conductor en una experiencia más deportiva aún.
El chasis DCC con varios modos de conducción es de serie, como también lo son la tracción integral con reparto de par variable y la dirección progresiva. El resultado es un coche ágil a pesar de sus casi dos toneladas de peso y 4,7 metros de largo, capaz de transmitir buenas sensaciones a las manos, con un consumo coherente y un nivel de practicidad más que bueno.
Y ahora la pregunta clave: ¿cuánto cuesta este SUV tan completo que, por cierto, no descuida la conectividad ni los asistentes de última generación? 50.750 euros antes de promociones y descuentos (que los tendrá). Habrá quien piense que es mucho para tratarse de un Skoda, pero lo cierto es que no hay manera de encontrar ese nivel de prestaciones/equipamiento/versatilidad por una cantidad parecida. Y este es precisamente su punto fuerte.
El futuro a corto plazo: modelos de GNC, un híbrido y dos eléctricos
Al cierre del ejercicio pasado (2018), Skoda vendió en el mundo 1.253.000 coches, lo que supuso un crecimiento del 4,4% frente al año anterior. Europa sigue siendo el primero mercado en volumen de ventas (70%), frente a China (20% y subiendo) y otros mercados. España poco a poco va escalando posiciones y a estas alturas ya está en el top 10 dentro de Europa. Cabe resaltar que en 2018 las ventas en nuestro país crecieron un 18%.
Por modelos y por orden, los más vendidos son: Octavia, Rapid/Spaceback, Fabia, Superb. Los SUV, a pesar de llevar poco tiempo en la familia, ya suponen a estas aturas un 23% del volumen.
El calendario de lanzamientos para 2019 es el siguiente:
- Skoda Kodiaq RS (febrero)
- Skoda Fabia Scout (marzo)
- Skoda Scala (mayo)
- Skoda Superb (julio)
- Skoda Kamiq (noviembre)
También este mismo 2019 veremos llegar algunos modelos ecológicos a la gama, como son el Skoda eCitigo, el Skoda Superb PHEV híbrido enchufable y los Skoda Octavia, Scala y Kamiq capaces de funcionar con gas natural comprimido (GNC).
En 2020 la cosa se animará con la llegada dos modelos completamente eléctricos, el Skoda Vision E y el Skoda Vision iV.