
La empresa es coreana, pero la idea de ir al Dakar con un producto suyo ha partido de aquí. El proyecto en sí es español, igual que lo son el desarrollo y la fabricación. La búsqueda de patrocino se ha gestionado desde esta sede e incluso las personas que se van a poner a los mandos durante la carrera -piloto y copiloto- son españoles, como también lo es el equipo técnico.
El año pasado, el primero para SsangYong en el Dakar, las cosas fueron bastante bien. Esta vez, en su segunda edición, SsangYong viene mejor preparada que nunca y aspira a hacer una participación reseñable.
El coche que correrá en las pistas de Perú, que, por cierto, tuvimos ocasión de conocer hace pocas semanas, es fruto de un año de trabajo. En el proyecto hay doce personas involucradas de forma directa y a tiempo completo (más todas las que lo están de forma indirecta). Pero, ¿cómo se ha ido dando forma al SsangYong Rexton DKR en los últimos meses? A continuación, el proceso por fases:
- Lo primero es el diseño, para lo que se han empleado ciertas herramientas informáticas, siempre teniendo en cuenta las especificaciones que marca el reglamento del Dakar. Aunque pueda parecer sencilla, esta fase puede tener una duración aproximada de tres meses.
- Después llega la fabricación del chasis y la carrocería. El primero es un bastidor multitubular que lleva la jaula de seguridad integrada; la segunda debe adecuarse al chasis y tener en cuenta conceptos clave relativos a la aerodinámica y la refrigeración, pero a la vez debe tratar de parecerse al SsangYong Rexton de calle, al menos en la medida de lo posible. Y así es. Aunque el coche tiene ese inconfundible aspecto de buggy, elementos como los faros y pilotos, que a la postre marcan la personalidad en cualquier vehículo, están prestes en el modelo de competición en su forma original. El coche que veremos volar por el Dakar poco tiene que ver con el modelo de serie, pero se trata de que el espectador pueda asociarlos en cierta medida. Todo es una cuestión de imagen, al fin y al cabo.
- Elemento crucial en todo vehículo que pretenda afrontar con éxito un recorrido tan duro como el de este rally es la suspensión. En este sentido, el Rexton DKR cuenta con un esquema de doble trapecio con 50 cm de recorrido y amortiguadores King. Son algo más capaces que los del año pasado y seguro ayudarán al piloto a afrontar los terrenos más difíciles con total confianza.
- La dirección asistida ofrece un sistema de refrigeración específico para funcionar sin problemas en condiciones extremas.
- El equipo de frenos cuenta con discos ventilados y rallados para dar lo mejor de sí en un uso exigente.
- Los depósitos de combustible, que con dos (70 + 230 litros) están pensados para ofrecer una buena autonomía en carrera sin desequilibrar al coche por espacio y peso. Este año hay 100 litros menos que el año pasado.
- Una vez completado el chasis y todos su componentes, se instala el sistema eléctrico. Como novedad, el SsangYong de este año dispone de una centralita programable que permite cambio de mapas en tiempo real.
- En posición central longitudinal se acopla el motor V8 de 6,2 litros, que este año renuncia a la transmisión de convertidor de par y 5 velocidades a favor de una transmisión de seis relaciones -con modo de uso secuencial- que aprovecha mejor las posibilidades del propulsor.
- La iluminación corre a cargo de Hella y, como elemento fundamental, los neumáticos son cosa de Yokohama. Concretamente, unos Geolandar que llegan por decenas al Dakar para convertirse en el elemento de contacto con el terreno agreste en las etapas diarias. Aquí no hay novedades, son los mismos del año pasado. Y en 2018 no hubo ni un solo pinchazo durante toda la edición, así SsangYong ha vuelvo a confiar en este fabricante para alcanzar el éxito con su buggy de tracción trasera.
La logística en un coche del Dakar
Una vez ensamblado el coche, se pone a punto para realizar los tests y ensayos pertinentes. Después, una vez todo está verificado y en orden, el SsangYong Rexton DKR se sube a un barco en el puerto de Le Havre -Francia-, donde comenzará un viaje de miles de kilómetros por el mar hasta llegar a su destino final en Perú. Este recorrido dura un mes.
En carrera, además del piloto y el copiloto (Oscar Fuertes y Diego Vallejo), seis miembros del equipo trabajan a diario y se levantan dos horas antes de la salida de cada etapa. Después, se recoge el campamento para que los vehículos de asistencia salgan con tiempo suficiente para llegar al siguiente punto de asistencia, antes de que Rexton DKR complete la etapa. Sin duda, un plan bien orquestado en el que no puede fallar ningún elemento de la cadena.
Javier Herrador, jefe técnico del equipo, explica que "no sabemos hasta la noche anterior cuánto tiempo tenemos para las reparaciones. Cuantos más pilotos quedan en pista, más tiempo tenemos. La hora de salida es siempre con la luz del sol. Está prohibido salir a pista sin que haya amanecido. Teniendo en cuenta la latitud y la hora en la que amanece, salimos a una hora u otra. El piloto que ha ganado sale primero y después van saliendo los demás, con un minuto de diferencia. Para no penalizar uno tiene que estar en su hora de salida a la hora que le han indicado en el correspondiente cartón de cronometraje".
Al Dakar viajan toneladas de material, como filtros de aire o neumáticos, que se cambian a diario; pastillas de freno, que se cambian cada dos días; cajas de cambio, alternadores... y un sinfín de componentes -salvo motor, que no se puede cambiar- que aumentan las probabilidades de llegar a meta. El equipo también desplaza una caravana para que piloto y copiloto puedan ducharse, aislarse y descansar en un lugar cómodo, en lugar de en la tradicional tienda de campaña.
Más allá de todo este aprovisionamiento, en una carrera como esta también hay lugar para la improvisación, porque como dicen en el propio equipo "no hay dos situaciones iguales en el Dakar". Si faltan piezas, siempre se pueden pedir favores a algún equipo "amigo". Todos en esta carrera de supervivencia están dispuestos a sacar de un apuro a otro coche... porque saben que al día siguiente pueden ser ellos los que se necesiten ayuda.