Motor

Opel GT: 50 años del nacimiento de un mito

Todo empezó en el Salón de Frankfurt de 1965, cuando Opel presentó un prototipo de deportivo biplaza que dejó a todos con la boca abierta. Nadie esperaba que la firma del rayo hiciera tal despliegue aquel año. Con su afilada carrocería, su largo capó con faros escamoteables y su zaga cortada 'a cuchillo', el Opel GT se desmarcaba de los típicos diseños de la época.

Y el interior no se quedaba corto. En él se dejaban ver unos asientos deportivos tipo baquet, un bonito volante de tres radios y una instrumentación formada por relojes redondos que todavía hoy resulta atractiva a la vista. Pero también interesante resulta saber que, al margen del apartado estético, también se cuidó al detalle todo lo que tenía que ver con la seguridad. Así, aquel pequeño Opel incluía en su dotación cinturones de tres puntos de anclaje, arco antivuelco integrado, barras de protección en las puertas y columna de dirección de seguridad en caso de choque. En fin, una adelantado a su tiempo que, quizá, pensó que cuidar a sus pasajeros era una absoluta prioridad.

Este deportivo fue uno de los primeros concept de un fabricante alemán, lo que lo convierte, de nuevo, en pionero. El proyecto se denominó "Experimental GT" y nació como un acercamiento a un coche de altas prestaciones dentro del recién estrenado centro de diseño de Rüsselsheim que, por cierto, fue el primero que tuvo un fabricante europeo.

Tras tres años de desarrollo, finalmente el Opel GT salió a producción y llegó a los concesionarios para deleite de los amantes de la conducción que iban en busca de buenas sensaciones al volante sin complicaciones y sin tener que recurrir a precios de escándalo. El Opel GT se hizo a medias entre la propia marca alemana y dos carroceros franceses: Chausson y Brissoneau & Lotz. Estas dos empresas de carrocería se encargaron de la estampación, soldadura, pintura y equipamiento interior; Opel, por su parte, montaba después la suspensión, el motor, la transmisión, los frenos y demás elementos de chasis.

El Opel GT de primera generación se ofrecía en dos versiones en función de su motor. El cliente podía elegir entre un 1.1 de 60 CV y un 1.9 de 90 CV. El segundo terminó siendo el más demandado y con él, el coche podía acelerar de 0 a 100 km/h en 11,5 segundos y alcanzar una velocidad punta de 185 km/h. La transmisión podía ser manual de 4 velocidades o automática de tres. La primera fue la elegida por la mayoría de conductores europeos, mientras la segunda fue la más demandada al otro lado del charco.

El Opel GT, al tener un centro de gravedad bajo y una carrocería de gran rigidez, rápidamente empezó a despuntar en competición, con múltiples triunfos en carreras de resistencia a principios de los años 70. Fue, además, un coche experimental, que sirvió a la marca para establecer récords de velocidad de eléctricos y diésel. Sí, al pequeño GT se le acopló un motor eléctrico y otro de gasóleo para firmar registros, en ambos casos, que rozaban los 200 km/h. Y esto en los primeros años de la década de 1970, lo que despertó un gran interés.

Finalmente, en 1973 y tras apenas cinco años a la venta, cesó la producción de aquel primer Opel GT. Eso sí, con 103.463 unidades vendidas, lo que no está nada mal. Mucho tiempo después, a comienzos del siglo XXI, llegó la secuela con el Opel GT de segunda generación, un modelo que también fue muy efímero y que, probablemente, no llegó a tener la fuerte personalidad del modelo original.

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