
En pleno apogeo de la guerra comercial entre el sector del taxi y los VTC, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio comparativo entre el servicio público y los coches de Uber y Cabify a fin de asesorar a los usuarios sobre cuándo escoger cada uno de ellos.
Precio, itinerario, confort, puntualidad, seguridad o comportamiento del conductor son algunos de los aspectos analizados en los 173 viajes realizados con los servicios de transportes disponibles en diez ciudades españolas: Barcelona, Bilbao, La Coruña, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Valencia y Zaragoza.
En cada una de ellas, se cronometró el tiempo para comparar el recorrido real con el propuesto por Google Maps y se realizaron varias veces tres tipos de trayecto: largo, que un pasajero con maleta fue del aeropuerto a un hotel céntrico); medio, en el que un pasajero se desplazó desde un hotel céntrico a las cercanías de la estación de tren con un servicio previamente reservado, al que se presentó un poco tarde; y corto, de la estación de trenes a un destino a unos 800 metros.
Tabla: OCU.
El informe elaborado por la OCU, grosso modo, concluye que Cabify gana la carrera gracias al "impecable aspecto interior de sus vehículos, la buena conducción y la gestión automática de la factura. No obstante, en Madrid, que es la única ciudad donde hay tres operadores, los taxis ocupan el mejor puesto en el cómputo global. Además, la organización destaca de estos la visibilidad y la disponibilidad, mientras que de Uber gustan los interiores y la buena disposición del conductor, pero no así la elección del itinerario y otros aspectos relacionados con el inicio de la carrera y con la factura (la app genera una factura automática, pero pobre en datos).
Y para ahorrar, ¿cuál?
Precios de traslados en euros. Gráfico: OCU.
La OCU recuerda que los tres sistemas de transporte calculan el precio de sus carreras de distinta manera, partiendo de la base de que las tarifas de los taxis las fija la Administración y las de los coches VTC las fijan ellos mismos:
En los taxis hay tres conceptos: la bajada de bandera, el precio por kilómetro recorrido y el precio por "hora de espera" que pasa a operar cuando no se avanza, es decir, mientras el taxi está a la espera, cuando está parado en un atasco o en un semáforo e incluso cuando el tráfico va muy lento.
Por su parte, Uber tiene en cuenta la distancia recorrida y tiempo empleado, pero si hay alta demanda, se pasa a una tarificación "dinámica" que varía los precios originales.
Mientras que Cabify, aparte del coste mínimo, su precio solo depende de la distancia recorrida (con tarifas progresivamente más baratas cuanto mayor es la distancia) y de la aplicación eventual de un suplemento de 0,45 euros el minuto por esperas superiores a 5 minutos (15 en el caso del aeropuerto). Además, puede cargar un suplemento por alta demanda cuya lógica no se detalla en su web, pero cuya cuantía conoce el cliente antes de contratar el servicio, al señalar en la app el origen y destino deseados.
Diferentes políticas de tarifas que dan como resultado, en términos generales, que el taxis interesa para los trayectos cortos, sobre todo por debajo de 2 kilómetros; mientras que el VTC se erige en la alternativa más económica en los trayectos medios en todos los casos, salvo en Málaga (donde el taxi mejoró en 77 céntimos a Cabify) y en Valencia (donde el taxi fue notablemente más barato), y para los largos, como puede ser un viaje desde la ciudad al aeropuerto, repiten como la opción más barata cifrando el ahorro en un intervalo de entre 5 y 7 euros respecto al taxi.
Los usuarios más y menos satisfechos
Entre las ciudades estudiadas, el viajero de Barcelona es el que tendrá la impresión de tener mejor servicio, sensación que también experimentará un poco en menor medida en Málaga y en La Coruña.
En el otro extremo, se encuentra Zaragoza con pasajeros menos satisfechos. En esta ciudad, un taxi libre rechazó hacer un viaje corto durante la prueba realizada, algo que los taxis tienen prohibido por ser un servicio público, y la parada del aeropuerto estuvo hasta en dos ocasiones sin coches disponibles, según concluye la OCU.