Corbellati, una familia italiana dedicada a la joyería durante las últimas siete décadas, estará presente en el Salón del Automóvil de Ginebra, donde irrumpirá oficialmente en el sector del automóvil con una ambiciosa intención: desvelar el coche más rápido del mundo.
Se trata del Corbellati Missile, un hiperdeportivo de 4,67 metros de longitud, 2,04 metros de ancho y 1,17 de alto que nace con el onírico objetivo de sobrepasar la barrera de los 500 km/h. Para ello, atesora un motor V8 biturbo de 9,0 litros de cilindrada capaz de desarrollar unos sensacionales 1.800 CV y 2.350 Nm de par motor, con un sistema de tracción trasera conjugado con una caja de cambios de seis marchas y un autoblocante en el tren posterior.
Asimismo, además de su sofisticada aerodinámica, monta un chasis monocasco, una carrocería fabricados con fibra de carbono y unos frenos con discos carbocerámicos -de 394 milímetros de diámetro-, a fin de aligerar al máximo posible el peso. Si bien, por el momento no ha revelado cifras al respecto.
De culminar su propósito de rebasar los 500 km/h de velocidad máxima, se erigiría en el modelo más rápido del planeta superando el récord de 447,2 km/h establecido por el Koenigsegg Agera RS a finales de 2017. Una marca que, además, le abriría las puerta del Olimpo de la velocidad, donde se encuentra modelos de la talla del Bugatti Chiron o el Hennessey Venom F5, entre otros.