La historia de cómo se inventó el neumático tal y como lo conocemos hoy en día es curiosa. Resulta que a finales del siglo XIX, concretamente en 1888, un veterinario llamado John Boyd Dunlop se sacó de la manga un invento para hacer más confortables los trayectos de su hijo a la escuela, que iba en bici por las incómodas y empedradas calles de Belfast. Dado que los ciclos por aquel entonces carecían de cualquier tipo de amortiguación, pensó que añadiendo goma y aire a las ruedas, los desplazamientos serían más suaves. Tras ver que funcionaba, lo registró en la oficina de patentes y así fue como dio origen a la marca que lleva su apellido: Dunlop.
Desde aquella primera fábrica que abrió sus puertas en Dublín en el año 1889 hasta hoy, la marca no ha parado de crecer hasta convertirse en un referente en los vehículos de calle y también en el mundo de la competición. Millones de coches y motocicletas se agarran cada día al asfalto con las ruedas de esta firma que, hoy, puede ser considerarse como un actor protagonista en la historia del automóvil desde sus orígenes.
Pero la novedad que nos trae la firma británica (hoy propiedad de Goodyear) no es un nuevo modelo de neumático ni nada parecido, sino el estreno de un nuevo puente Dunlop en el circuito del Jarama. Se trata de un puente cuyas formas se asemejan a un segmento de rueda, que funciona como soporte publicitario dentro del trazado madrileño. Todo un hito para esta pista, que ahora se enorgullece de tener un auténtico símbolo del mundo de las carreras. Porque, sí, más allá de ser un mero expositor permanente con el nombre de la marca bien presente, el puente Dunlop tiene mucha historia a sus espaldas.
El primero data de 1924 y se colocó en el circuito de la Sarthe, en Le Mans. Sólo un año después de que se celebrara la edición inaugural de las míticas 24 Horas, Dunlop ya estableció allí su primer puente permanente. Era muy rudimentario y no tenía forma de rueda, pero ahí fijó sus cimientos. Con los años fue mejorando sus materiales, adquiriendo forma de neumático y adaptándose a las condiciones cambiantes de una pista que fue creciendo en dimensiones y en seguridad para hacer frente a las necesidades de las carreras modernas.
Aunque el puente Dunlop de Le Mans es el más reconocido, también ha habido otros en circuitos como, por ejemplo, Donington Park (Inglaterra) o Monza (Italia). Ahora, el puente Dunlop llega al circuito del Jarama y se integra dentro del plan Jarama 2021, que contempla la actualización de diversas partes de las instalaciones.
¿Cómo es el puente Dunlop del Jarama?
Es obra del arquitecto Francisco Plazuelo, quien decidió salirse de la norma a la hora de hacer una estructura de capas superpuestas que, sin perder la idea de asemejarse a un neumático, sin embargo aportase un toque distintivo de modernidad. El puente mide 62,24 metros de largo, 12,48 metros de largo y cuenta con 4,5 kilómetros de tubos soldados. Se encuentra situado al final de la rampa de Pegaso, tiene un peso de 40 toneladas y a diferencia de otros puentes como el de Le Mans, no alberga una pasarela en su interior para que el público de las carreras vaya de un lado a otro.
El puente Dunlop del Jarama es un proyecto que ha tardado cuatro años en llevarse a cabo, desde su concepción hasta su llegada al circuito, y estará al menos diez años ahí colocado. Este es el periodo que figura en el contrato, aunque es prorrogable una vez llegue a su fin. Entre sus peculiaridades figuran las capas metálicas más expuestas que producen efecto Moirè y crean sensación de movimiento o la iluminación nocturna que permite cambiar los colores corporativos (negro/amarillo) por otros tonos en ocasiones especiales.