
El accidente de quad que le ha costado la vida ya pasó, ya es historia. Ahora toca hablar de la leyenda. Ángel Nieto es uno de los "cinco grandes" nombres propios (junto a Bahamontes, Santana, Fernández Ochoa y Seve) que sentaron las bases del deporte español, que hicieron brillar las primeras luces, a través del deporte, en una época oscura a todos los niveles.
En las siguientes líneas repasamos las 12+1 (cierto número es innombrable si está Ángel presente) proezas de Nieto, dentro y fuera del asfalto.
1. De Zamora a Vallecas... y al cielo
Ángel Nieto Roldán nació en Zamora el 25 de enero de 1947, si bien con tan solo un año de edad su familia, muy humilde, se trasladó a Madrid, al popular barrio de Vallecas, donde sus padres regentaban una tienda de huevos. El joven Ángel tenía claro que los estudios no eran lo suyo, pero sí la mecánica y las motos. Se buscó la vida desde los 13 años trabajando en talleres y probando suerte, en Madrid y Barcelona, en firmas míticas como Bultaco, Ducati y Derbi como mecánico y como piloto. A mediados de la década de los 60 ya era piloto oficial de Derbi, y en 1965 debutó en el Campeonato de España de motociclismo, y poco después en el Mundial, a lomos de una Derbi (1967).
2. Campeón del mundo
Antes de Ángel Nieto, el palmarés de campeonatos del mundo de deportistas españoles a lo largo de la historia se relataba en un momento: Ruy López de Segura, campeón del mundo de ajedrez en 1560; Guillermo Timoner, campeón del mundo de ciclismo en pista, modalidad medio fondo tras moto, en 1955, 1959, 1960, 1962, 1964 y 1965); Pepita Cuevas, campeona del mundo de patinaje en 1967 y 1968; José Legrá, campeón del mundo de boxeo peso pluma en 1968 y 1971); y un puñado de campeones más en tiro, billar, pelota vasca, hípica, vela y esquí acuático. Por ello, el Mundial logrado por el piloto zamorano en la última prueba del campeonato, en Opatija (antigua Yugoslavia), a lomos de una derbi, significió sin duda el punto de partida para la "resurrección" (si alguna vez había estado vivo) del deporte español a nivel internacional.
3. Los "cinco grandes" pioneros
La figura de Ángel Nieto se sumó, a partir de 1969, cuando ganó su primer Mundial de motociclismo, a ese "Olimpo" de pioneros del deporte español que formaron Federico Martín Bahamontes (ciclista, ganador del Tour de Francia de 1959), Manolo Santana (tenista, campeón en Roland Garros en 1961 y 1964, en el Open USA en 1965 y en Wimbledon en 1966), Paquito Fernández Ochoa (esquiador, medalla de oro en eslalon especial en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sapporo en 1972) y Severiano Ballesteros (golfista, campeón del Abierto Británico en 1979, 1984 y 1988, y del Masters de Augusta en 1980 y 1983). Ellos sin duda abrieron el camino por el que transitaron y transitan los Indurain, Gasol, Nadal, Mireia Belmonte, etc.
4. La carrera del Jarama de 1971
Buena muestra de quién era Ángel Nieto con una moto entre sus muslos se vio el 26 de septiembre de 1971, en el mítico circuito madrileño del Jarama, en la última prueba del Mundial. El zamorano optaba a los Mundiales de 50 y 125 centímetros cúbicos. Pero en la primera prueba se cayó, se hizo una tremenda herida en una pierna y sufrió conmoción cerebra. El desastre se cernía sobre la afición, que creía que el ídolo local iba a perder los dos títulos. Pero Nieto, en un ataque de rabia, cogió el micrófono y por los altavoces del circuito anunció que no se fuera nadie, que iba a correr la prueba de 125. Con dos puntos de sutura en la pierna, y aún conmocionado, corrió, ganó y arrasó. Fue su primer título en el Mundial de 125.
5. El doblete 50-125 cc en 1972
Al año siguiente, Ángel Nieto simplemente arrasó. Se proclamó doble campeón del mundo de 50 y 125 centímetros cúbicos (por primera y única vez en su carrera), pero es que además ganó los campeonatos nacionales de 50, 125 y 250 cc. Con este impresionante palmarés se despidió de Derbi, la marca española con la que había hecho historia en el mundo.
6. La táctica de ganar... en la última vuelta
Ángel Nieto fue el gran dominador de las cilindradas pequeñas en la década de los 70 y los primeros 80. Dominaba a sus rivales, sabían que era el mejor, pero nunca dominaba, como pasa hoy tantas veces, de principio a fin las carreras. Le encantaba mantener la emoción hasta el final, adoraba ganar... en la última vuelta, si no en la última curva. En muchas ocasiones, aunque circulara sobrado en cabeza, se dejaba caer a veces hasta la cuarta o la quinta posición para, en la última vuelta, atacar desde atrás en la última vuelta y ganar la carrera ante una "encendida" afición.
7. Más huesos rotos que Mundiales
La vida da muchas vueltas. Y más a lomos de una moto de competición. Ángel Nieto ha muerto por un accidente de quad (vehículo principalmente de ocio) después de haberse jugado la vida en las curvas y rectas de los circuitos de todo el mundo. De esta forma, al campeón español le gustaba "presumir" de que tenía más huesos rotos (17) que Mundiales había ganado (12+1).
8. 36 títulos, 223 victorias
El impresionante palmarés de Ángel Nieto muestra en su cuadro de honor sus 12+1 títulos mundiales, con 90 victorias en Grandes Premios, además de 23 títulos nacionales, con 133 victorias en los circuitos españoles. En Mundiales, solo es superado por los 15 títulos del piloto italiano Giaccomo Agostini, y al zamorano le "persiguen" los nueve títulos logrados por Valentino Rossi.
9. Nieto-Derbi: el binomio mítico
Los primeros triunfos internacionales de Ángel Nieto no trascendieron solo a nivel individual. También sirvieron para que una empresa española, Derbi, se midiera de tú a tú con grandes constructores a nivel mundial. Nacida en Barcelona en los años 20 del siglo pasado, las "balas rojas" de la empresa fundada por Simeón Rabasa i Singla fueron una referencia tanto en calle como en competición. El zamorano ganó cinco títulos con ellas, tres de 80 cc y dos de 125 cc. Tras la etapa de Nieto, Derbi volvió de forma intermitente al Mundial, donde conquistó siete títulos más (Jorge Martínez "Aspar", en 80 cc, en 1986, 1987 y 1988, y en 125 cc también en 1988); "Champi" Herreros en 80 cc en 1989; el francés Mike di Meglio en 125 en 2008; y Marc Márquez, también en 125 cc, en 2010.
10. Campeón con cinco equipos diferentes
Otra prueba de la profesionalidad y talento de Ángel Nieto la tenemos en que sus 12+1 títulos mundiales los logró en cinco equipos diferentes: Derbi (1969, 1970, 1971 y 1972); Kriedler (1975); Bultaco (1976 y 1977); Minarelli (1979 y 1981); y Garelli (1982, 1983 y 1984).
11. Un título mundial como director de equipo
Al año siguiente de retirarse, el 12+1 formó su propio equipo (con dinero de Julio Iglesias), el Team Ducados Ángel Nieto, que corrió solo dos temporada. Años después, en 1998, volvió a probar suerte con el Vía Digital Team, con triunfo de Emilio Alzamora en 1999 en el Mundial de 125 cc.
12. Amistad, jovialidad y vitalidad
Ángel Nieto tenía 70 años, pero en palabras de Valentino Rossi, "tenía la vitalidad de un tío de 30, o incluso de 20 años". Era, sin duda, el tío más "cachondo" del Mundial, tanto en su época de piloto como luego en sus años de director o comentarista televisivo. Siempre alegre, siempre divertido, siempre dispuesto a firmar autógrafos o hacerse fotos con aficionados, Ángel Nieto era uno de los hombres más querido del paddock. No en vano, uno de sus mejores amigos era... Valentino Rossi. Cuando el nueve veces campeón del mundo logró su victoria número 90 en el Mundial, en 2008, con lo que empataba a triunfos con el zamorano, quien esperaba al "Doctor" en la línea de meta era el ex campeón español, a quien Rossi pidió por favor que pilotara su moto en la vuelta de honor. Genio y figura.
Y 12+1. El (vergonzoso) Museo Ángel Nieto
En 1989, coincidiendo con el vigésimo aniversario de su primer triunfo en el Mundial, Madrid, la ciudad de adopción del campeón zamorano, abrió un pequeño museo en su honor. Era una pequeña nave de 300 metros cuadrados, al lado del Planetario y la M-30, en la que el 12+1 mostraba orgulloso sus trofeos, sus recuerdos, y las motos sobre las que hizo historia en nuestro deporte. Pues bien, en 2013, el ayuntamiento, regido entonces por Ana Botella, cerró el museo aduciendo que en esa parecela se iban a edificar viviendas. La especulación inmobiliaria borraba de un plumazo ese pequeño homenaje al piloto más grande que verán los españoles. Al final, ni se construyeron esos pisos, ni volvió a abrirse el museo en otra sede. Hoy solo sobrevive la nave, en ruinas, en la que todavía luce el cartel del museo, algo que apenó mucho al campeón en los últimos años de su vida.