
El Ayuntamiento de Madrid niega que vaya a prohibir la circulación de los vehículos diésel por la ciudad en 2025, una medida que habría surgido de un acuerdo alcanzado con París y Ciudad de México en la Cumbre de Alcaldes C40 para implementarla al unísono llegada la fecha, según informaba esta misma mañana diario El País.
Sin embargo, fuentes cercanas a Manuela Carmena que se han puesto en contacto con eldiario.es aseguran que la alcaldesa y todos los miembros que conforman su equipo -entre ellos Inés Sabanés, responsable de Movilidad y Medio Ambiente- desconocen de dónde procede dicha información y si Felipe Llamas, jefe de Gabinete Madrid y representante del Consistorio en la Cumbre, ha firmado este pacto calificado por el propio Ayuntamiento de "inaplicable".
Felipe Llamas ha acudido a dicho evento en lugar de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quien se ha visto obligada a ausentarse con motivo de la reunión mantenida con el ministro de Fomento para tratar el proyecto para Madrid Puerta Norte. No obstante, el Consistorio ha intentado ponerse en contacto con Llamas desde esta mañana para conocer el porqué de esta información, pero aseguran que por el momento no han logrado hablar con él.
Un acuerdo en favor de la salud
El presunto documento en el que se habría refrendado el pacto entre estas tres ciudades aboga por impulsar los vehículos propulsados con combustibles alternativos y desterrar paulatinamente los combustibles fósiles tan perjudiciales para la salud de los ciudadanos.
Y es que todas ellas están tratando de revertir "una crisis global" de contaminación que se traduce en una enorme boina de humos tóxicos que cubre el cielo de sus núcleos urbanos, excediendo los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS): París supera los límites un 80%, Ciudad de México los duplica y Madrid lleva desde 2010 rebasando el límite establecido para las partículas de dióxido de nitrógeno (NO2), lo que conllevó que Bruselas le abriese un expediente sancionador en 2015. Además, últimamente se han sucedido los capítulos en los que se ha activado el protocolo anticontaminación como consecuencia de la gran polución. Unos síntomas que alertan de la seriedad del problema.
Para reducir drásticamente los niveles de CO2 y NOx que sobrevuelan las capitales, los Consistorios parisino y mexicano han comenzado a restringir la circulación de vehículos con motores de combustión por las zonas Centro, aunque de forma progresiva. En París, los vehículos con más de 20 años de antigüedad no pueden circular por la ciudad desde el pasado mes de julio, mientras que en México se llevan a cabo restricciones de circulación una o dos veces por semana. Por su parte, el Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena limitará desde enero de 2018 el acceso a la almendra central a los residentes mediante la creación de una gran Área de Prioridad Residencial (APR).
Por su parte, los 86 alcaldes de las ciudades participantes en la C40 han acordado invertir 375.000 millones de dólares y reducir un 50% las emisiones de carbono en un periodo de tiempo de cuatro años.