Motor

Los coches eléctricos no inquietan a un mercado petrolero que seguirá encareciéndose

Nissan Leaf prototipo autónomo.

La creciente demanda de petróleo no proviene de los automóviles, sino del transporte pesado, la aeronáutica y la industria petroquímica. Estas son las conclusiones que Fatih Birol, director de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), declaró en entrevista a la agencia Bloomberg.

Las declaraciones del máximo responsable de la agencia no dejan de sorprender, ya que van en contra de todo lo que se preveía en cuanto a la demanda energética a lo largo de la electrificación del parque automovilístico mundial. Analistas y empresas petroleras vaticinan justo lo contrario ante los cambios energéticos que va a experimentar el sector del automóvil, fijando un plazo de entre una y dos décadas para que la demanda de petróleo se reduzca drásticamente.

Pero Fatih Birol está convencido de sus palabras y se muestra escéptico en relación a un descenso significativo del mercado petrolífero, ya que todos los automóviles electrificados vendidos en 2015 -incluidos los híbridos- no suponen más que el 1% del total. La electrificación avanza globalmente despacio y, según la agencia de la energía, no debería inquietar a la industria de las energías fósiles que, además del automóvil, tienen otros y más poderosos clientes para los que hoy por hoy no existen alternativas energéticas.

Paralelismos existentes entra ambos

Paradójicamente, el propio informe Bloomberg New Energy Finance de principios de este año vaticinaba una rápida aceleración del mercado de coches eléctricos en la próxima década debido al abaratamiento progresivo de las baterías. Las previsiones serían que las ventas de coches eléctricos alcanzarán los 41 millones de unidades en 2040, 90 veces más de las registradas en 2015.

Las consecuencias directas de ello sobre las fuentes de energía serían que se desplazaría el consumo de 13 millones de barriles diarios de crudo por el de 1.900 TWh de electricidad para alimentar a una cuarta parte del parque mundial de automóviles, que entonces será eléctrico. Pero este mismo estudio apunta un proceso de paralelismo entre la recuperación de los precios del crudo y el desarrollo de los coches eléctricos.

Como explicó en su día Salim Morsy, el analista autor del informe, "su pronóstico central se basa en la recuperación del precio del crudo a 50 dólares, y luego a 70 dólares por barril o más alto en 2040. Curiosamente, si el precio del petróleo cayera a 20 dólares y se fijase aquí, esto solo retrasaría la adopción masiva de los vehículos eléctricos a principios del decenio de 2030".

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