
La ciudad de East Liverpool ha difundido a través de su cuenta oficial de Facebook una historia acompañada de una imagen que está dando la vuelta al mundo: una pareja de adultos inconscientes tras haber consumido opiáceos en la parte delantera de un coche y acompañados de un niño sentado en las plazas traseras.
La fotografía fue tomada el pasado miércoles, 7 de septiembre, cuando un oficial de la Policía de East Liverpool, Ohio (EEUU) paró un vehículo que "circulaba erráticamente". En ese momento, descubrió que en el coche se encontraban dos adultos con signos inequívocos de haber consumido drogas: James Acord, de 47 años, y Rhonda Pasek, mujer de 50 años y madre de un niño de cuatro años que se encontraba atónito sentado en las plazas traseras del vehículo.
Según cuenta el informe del oficial difundido por la cuenta oficial de la ciudad, cuando este llegó al vehículo la mujer se encontraba "inconsciente y poniéndose azul", y el hombre, entre balbuceos y antes de desmayarse, aseguró que estaba tratando de llevar a Rhonda al hospital. Ante tal situación, el policía llamó a la ambulancia y después de que los servicios médicos le administrasen naxalona, un fármaco para la desintoxicación, estos fueron arrestados. Por otra parte, las autoridades se pusieron en contacto con el Servicio de Protección de Menores del condado para que se hiciesen cargo del menor.
Posteriormente, tal y como cuenta el diario Moorning Journal, Accord fue condenado a 180 días de cárcel por conducir bajo la influencia de las drogas poniendo en peligro la vida del menor, mientras que Pasek está acusada de poner en peligro a un menor y de no llevar puesto el cinturón de seguridad.
El caso está teniendo gran repercusión en Facebook (supera las 28.600 veces compartido y cuenta con más de 5.700 comentarios) puesto que no es habitual ver a organismos públicos difundir este tipo de imágenes ya que pueden fomentar el consumo de este tipo de sustancias. No obstante, desde la cuenta del ayuntamiento de la ciudad han justificado esta decisión porque era necesario "ser la voz de un niño atrapado en medio de este embrollo. Este pequeño no puede hablar por sí mismo, pero esperamos que su historia pueda convencer a otro usuario a pensar dos veces antes de inyectarse ese veneno mientras tiene a un niño en su custodia".
Se trata, por tanto, de una medida tomada por parte de un ayuntamiento que continúa luchando contra una de las principales lacras que sacuden su ciudad, que no es otra que el consumo excesivo de drogas. Sin ir más lejos, el año pasado Ohio firmó una cifra récord de muertes por sobredosis: 3.050.