Motor

La automoción duplicará cada año sus inversiones en el coche autónomo

  • Las marcas europeas ya destinan más de 2.200 millones para conducir con 'piloto automático'
  • Las compañías se asocian con firmas de 'software' para responder a Google con sus nuevos aliados

La industria del motor ha pisado el acelerador de las compras y las alianzas con firmas tecnológicas para desarrollar el coche autónomo. Pese a la juventud del proyecto, el conjunto de las grandes marcas prevé duplicar su inversión en el coche autónomo de un año para otros.

En la actualidad, el sector dedica una media superior al 5 por ciento de su inversión en I+D para este tipo de desarrollos específicos, según ha podido sondear este periódico de fuentes del mercado. Eso supondría una suma superior a los 2.200 millones al año, sin contar con las compras realizadas en el sector de firmas y proveedores tecnológicos. Con este tipo de adquisiciones y alianzas junto con inversiones en industrias paralelas, la cifra acumulada del sector rondaría los 10.000 millones al año, según cálculos de los analistas. Tampoco se tiene en cuenta los 1.000 millones que el grupo Honda se ha comprometido a invertir en el proyecto. Ante la ausencia de estudios dedicados expresamente a esta materia, los fabricantes consultados recalcan que también se debería añadir al capítulo del coche autónomo otras inversiones indirectas, como las destinadas a cuestiones de seguridad, medio ambiente, coche conectado o desarrollos tecnológicos. Según datos del sector, la inversión en I+D de la industria del motor europea ronda los 44.000 millones al año, de los que mil millones de ellos se invierten en España.

El principal objetivo a corto plazo de las marcas consiste en plantear batalla a los acuerdos de Google con Fiat Chrysler, Honda y Ford. De esa forma, en los últimos meses, Volkswagen ha comprado Mobileye y trabaja con Microsoft e IAV, General Motors ha adquirido Cruise Automation, Toyota colabora con Bosh, Audi con Delphi, Ford también ha hecho suya Pivotal Software y las alemanas BMW, Audi y Daimler han creado un consorcio para comprar la cartografía Here a Nokia. Quien no corre, vuela. Ante semejante ofensiva, el sector automovilístico considera que no se quedará atrás en la nueva carrera que comienza este mismo año. La gran pregunta que quita el sueño al negocio del motor consiste en conocer si las compañías tecnológicas ajenas a las alianzas se atreverán a producir automóviles, dada la creciente importancia que desempeña el software, la informática y las telecomunicaciones en los vehículos de nueva generación.

Frente a las alianzas de Google con Fiat se encuentra un ejército de gigantes del motor que no está dispuesto a dejarse comer la tostada. El mejor ejemplo de esta inquietud del sector lo protagonizan el consorcio formado por BMW, Audi y Daimler, que hace un año compraron a Nokia su división mapas (Here) por 2.800 millones de euros. El primer ejecutivo de Ford, Mark Fields, anunció en el pasado Mobile World Congress que su compañía triplicaría su actual inversión en I+D en los cinco próximos años para volcarse en el coche conectado y autónomo, con el objetivo de diferenciarse de los modelos que prepara Google y Apple.

General Motors (GM) dará guerra en esta nueva carrera tecnológica gracias a la reciente compra de Cruise Automation, una compañía de software especializada en automoción, para así desarrollar su futuro coche autónomo. Además, GM ha creado una división específica para este tipo de actividades. Toyota ha cedido vehículos para que Google pudiera probar su tecnología, pero en el proyecto también participan otras empresas como Bosch, que proporciona radares y sistemas de velocidad asistida, mientras que TomTom refuerza la cartografía digital de Google Maps.

Volkswagen ha unido su talento con Mobileye, firma tecnológica experta en el procesamiento automatizado de imágenes en tiempo real, aspecto capital para la conducción autónoma. Asimismo, Volkswagen ha formado una alianza con Toyota y Ford para compartir experiencias de coche autónomo en torno al proyecto DeepDrive, en colaboración con la Universidad de Berkeley (California).

La consultora BI Intelligence estima que en 2018 habrá dos millones de unidades en circulación, que serán seis millones en 2019 y 10 millones en 2020. Por su parte, Navigant Research, prevé que en 2035 haya más de 85 millones de automóviles autónomos en el mundo. China merece una mención especial en este joven negocio, ya que estimaciones de General Motors apuntan que el mayor mercado asiático contará con el 35 por ciento de todos los coches autónomos del mundo en 2030, muy por delante de EEUU y Europa.

Por lo pronto, este año se espera un parque de 231.000 vehículos autónomos en circulación en los Estados Unidos, cifra que se duplicará en 2017 hasta los 510.000 vehículos. El mismo dato en 2018 superará los 1,12 millones de vehículos, los 2,4 millones en 2019 y los 5,4 millones en 2020, según los analistas de BI Intelligence. En el horizonte de cuatro años, la cuota de mercado de estos coches autónomos superará el 8 por ciento del total.

Según datos de KPMG y del barómetro de consumidores de Google, y referido a coches conectados (no necesariamente autónomos), este año habrá más de 20 millones de coches inteligentes, cifra que se elevará a 50 millones en 2018 y alrededor de 380 millones en 2021.

Según fuentes del mercado, las principales marcas del motor se han puesto a trabajar, conscientes de que tienen sobre la mesa un pastel demasiado apetitoso como para tener que compartirlo con advenedizos. Hay quien dice que el coche que se conduce por sí mismo protagonizará una evolución similar a la que han disfrutado los smartphones en los seis últimos años.

Ante tan felices perspectivas, Ford, Volvo, Google, Lyft y Uber han formado una coalición que aboga por las ?calles seguras, poco congestionadas, ambientalmente responsables y eficientes?. El propósito consiste en despejar obstáculos administrativos para favorecer un tipo de tecnología que tendrá que convivir con las normas de tráfico.

Son muchas las industrias y sectores que entran en juego en la nueva forma de producir automóviles y no todas están controladas por los gigantes de las tecnologías de la información. Los observadores consultados coinciden en que las mayores aportaciones disfrutadas por la industria del motor proceden de la tecnología y no de la mecánica. Y eso no tiene vuelta de hoja.

Todo lo anterior lo refrenda la consultora Lux Research, que considera que el coche autónomo generará un negocio de 77.700 millones de euros en 2030. De esta suma, el software acaparará la mayor porción de la cadena de valor, con casi 9.000 millones. Por estas cosas, la tercera pantalla ha encontrado su espacio en el salpicadero y de ahí ya no habrá quien lo quite. Todo lo contrario, cada vez ganará más presencia, extendiéndose hacia el parabrisas, hasta hacerse más valiosa que el propio volante.

Fuentes de Nissan consideran que el coche autónomo es mucho más que software, ya que requiere la perfecta integración con los propulsores, sistemas de frenado, dirección, carrocería y equipamiento, por lo que no consideran que Google por sí misma no podría dar la vuelta al negocio. Tampoco podría hacerlo Microsoft o Apple, en el supuesto de que el algún momento salga al paso de los rumores relacionados con el misterioso i-Car.

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