
La firma británica Dunlop popularizó el término aquaplaning y se puso manos a la obra para reducir sus efectos hace ya más de medio siglo.
El refranero español es sabio y cuando dice que "en abril, aguas mil", más vale que todos nos apliquemos el cuento. Un año más, la primavera ha llegado cargada de lluvia a casi toda nuestra geografía, lo que provoca una serie de complicaciones a la hora de salir a carretera (diez consejos para conducir con seguridad sobre firme mojado). Una de ellas es el aquaplaning, que no es otra cosa que la pérdida de adherencia al formarse una capa de agua entre los neumáticos y el asfalto.
Mucho se habla de este temido efecto que puede hacer perder el control a los conductores que circulan sobre firme resbaladizo, pero, ¿quién fue el primer fabricante que empezó a investigar el aquaplaning? Tenemos que remontarnos a los años 60 del siglo pasado para introducirnos en las dependencias de Dunlop, que por aquel entonces ya empezaba a luchar contra los derrapajes incontrolados en mojado.
En la década de los 60 se produjeron dos hechos que marcarían el futuro del aquaplaning, un fenómeno del que apenas se hablaba entonces. Estos dos hitos fueron: el desarrollo de la red de carreteras y el incremento de la potencia de los automóviles. Es en ese momento cuando Dunlop decidió adelantarse a los demás fabricantes a la hora de investigar las causas del aquaplaning para tratar de reducirlo en la medida de lo posible.
Una de las primeras acciones que llevó a cabo la marca fue crear un dispositivo experimental que permitía recrear las condiciones de conducción a alta velocidad sobre una placa de vidrio mojado. Además, en los centros de estudio de la marca también lograrían calcular el coeficiente de adherencia del neumático sometido a las pruebas. Pero no fue hasta 1964 cuando Dunlop haría historia gracias a Tom Fench, director de desarrollo, y a un informe sobre un nuevo diseño de la banda de rodadura. Este tipo de banda presentaba por primera vez múltiples microcanales que actuaban como una esponja frente al agua que se acumulaba en grandes cantidades y de manera repentina, antes de expulsarla.
Esta innovadora característica, unida a una serie de canales esculpidos en la circunferencia del neumático y con una estructura rígida, supuso una revolución en las prestaciones de los neumáticos en cuanto a su adherencia en superficie mojada. Desde entonces y hasta hoy la firma británica ha seguido desarrollando esta idea al punto de lograr neumáticos de la gama actual que son capaces de evacuar hasta 15 litros de agua por segundo.
No cabe duda de que las ruedas son parte fundamental de la seguridad del automóvil. Desde Ecomotor recomendamos verificar su estado de forma habitual -presión, desgaste, antigüedad...- porque de ello depende en gran medida que los coches se mantengan o no pegados al asfalto en las situaciones más críticas.