La dirección de Volkswagen Navarra y los sindicatos UGT, CCOO y Cuadros han logrado, en tiempo récord, alcanzar el preacuerdo laboral necesario para que la multinacional alemana les tenga en cuenta para adjudicarles la construcción de un segundo modelo, al tiempo que se aseguran la producción de la nueva versión del Polo. Esto implica asegurar el futuro de la planta, en la que trabajan unas 4.500 personas, los próximos 15 años.
Si todo discurre como se espera, el acuerdo definitivo se firmará esta semana, agilidad que también exigió la dirección alemana para evitar que las negociaciones se prolongasen durante meses. El nuevo modelo traerá consigo inversiones y creación de hasta 500 puestos de trabajo empleo.
En estos momentos la previsión de producción de la planta navarra de Landaben para el ejercicio 2016 asciende a 280.135 vehículos, cifra que se dispararía hasta las 350.000 unidades anuales a partir de 2018 si se adjudica el segundo modelo.
La base del acuerdo es que la plantilla asume mantener las condiciones de flexibilidad introducidas en el último Convenio Colectivo (vigente hasta diciembre de 2017); una jornada laboral de 216 días y mejorar la competitividad con reducción del absentismo laboral.
Por su parte, la compañía admite una subida salarial del 50 por ciento del IPC en 2018 (año de lanzamiento del nuevo modelo); la creación de entre 300 y 500 empleos fijos; y la preparación de un plan de rejuvenecimiento del personal.
