
Volkswagen podría tener que devolver ayudas a la compra de coches, como las del Plan PIVE, después de saberse que el grupo automovilístico alemán sospecha de que pudieron manipularse también las emisiones de CO2 en 800.000 coches.
Hace un mes, el ministro de Industria, José Manuel Soria, aseguró que el Gobierno reclamaría la cuantía de ayudas entregadas para comprar vehículos del Grupo Volkswagen (de marcas Seat, Audi, Skoda y la propia Volkswagen), si se demostraba que la cifra real de emisiones superaba la que contemplaba como límite el Programa de Incentivo al Vehículo Eficiente (PIVE). Pero Soria entonces se equivocó, pues mientras que las emisiones que regulan las ayudas son las de CO2, el escándalo solo afectaba a las de óxidos nitroso y nítrico, lo cual dejó en evidencia al ministro.
Pero ahora, un mes más tarde, Volkswagen reconoce que ha detectado "irregularidades" en los niveles de CO2 para la homologación de sus coches, lo cual pondría en tela de juicio si esos vehículos fabricados por la compañía alemana se ajustaban a los límites contemplados por el Plan PIVE en sus distintas ediciones. De no ser así, el Gobierno podría volver a la carga y exigir, como quería Soria, que Volkswagen devolviera las ayudas dadas por la Administración.
Mientras tanto, la Comisión Europea se ha apresurado a salir al paso de las informaciones y ha instado a Volkswagen a acelerar sus investigaciones internas para aclarar si también manipuló las emisiones de dióxido de carbono (CO2). "Tenemos que clarificar sin retraso cuáles son las irregularidades, qué las causó, qué coches están afectados, dónde fueron registrados y qué medidas puede tomar el grupo", ha expresado en rueda de prensa la portavoz comunitaria Lucía Caudet.