
Tras su diseño puramente setentero, la Ducati Leggero BC esconde mucho más. Es el arma definitiva para disfrutar de la conducción deportiva sin renunciar a un estilo muy cuidado.
Buscando novedades en el mundo de la customización de motos nos hemos topado con un pequeño taller ubicado en el estado de New Hampsire, en el noroeste de Estados Unidos, dirigido por un expiloto llamado Walt Siegl. Según una descripción que figura en su página web, las creaciones de Mr. Siegl son "motocicletas de altas prestaciones que parten de diseños clásicos y que se definen por su elevada calidad".
Basada en la Ducati 900SS
La motocicleta que hoy traemos a esta sección se llama Ducati Leggero BC. Está basada en la Ducati 900SS, un modelo con larga tradición que cuenta con el inconfundible motor desmodrómico de 4 tiempos refrigerado por aire, con una cilindrada de 900 cc. Sin embargo, en esta customización poco queda de la moto original y es que, con la idea de crear una auténtica máquina de circuitos, su creador ha modificado casi todas los elementos estructurales, que han sido reemplazados por nuevas piezas hechas a base de aleaciones con la pretensión de rebajar el peso y mejorar la rigidez. Todo se fabrica ad hoc de forma artesanal.
La Ducati Leggero BC, al igual que todas las demás creaciones de este preparador americano, se hacen bajo pedido. El mismo Walt se encarga de recabar todos los datos posibles de su futuro dueño, para convertir cada moto en un modelo único y adaptado a las necesidades de cada cliente. Así, el peso, la altura, el estilo de conducción, el diseño, los colores? Todo tiene que encajar con las preferencias del usuario que encarga la obra de arte.
¿Qué la hace especial?
Lo que hace especial a la Leggero es que se trata de un modelo muy eficaz para su uso en conducción deportiva, pero al mismo tiempo mantiene ese diseño clásico de los años 70 que derrocha personalidad. Si vamos al detalle veremos que hay muchos componentes que han sido modificados, casi todos ellos relativos al chasis. Por ejemplo, el basculante es de aluminio y ha sido alargado para adecuarse a un pilotaje más exigente; por otra parte, tanto la horquilla como el monoamortiguador trasero están firmados por Showa, mientras el equipo de frenos corre a cargo de Brembo.
Otros elementos diferenciadores son las llantas de magnesio sobre las que se asientan unos neumáticos Dunlop Q3, el carenado hecho de Kevlar y la instrumentación de competición. También el motor ha recibido ciertas mejoras, aunque no quedan especificadas.
Suponemos que las creaciones de WSM (Walt Siegl Motorcycles) no serán precisamente baratas a juzgar por el cuidado y mimo con el se realizan. El resultado, desde luego, es espectacular. Un auténtico regalo para la vista de todos aquellos que disfrutan de los diseños retro. Merece la pena darse una vuelta por la web de este fabricante para contemplar sus obras.