El Grupo Volkswagen planea transformar su estructura corporativa en un sistema descentralizado con cuatro sociedades, en un intento de aumentar las ganancias del mayor fabricante automovilístico del continente europeo.
Según han confirmado hasta tres fuentes a la agencia Reuters, la alta dirección de Volkswagen estudia crear cuatro compañías: una para las marcas de coches del mercado de masas, una para vehículos industriales y dos de divisiones de firmas premium, una liderada por Audi y la otra por Porsche.
El exdirector de BMW Herbert Diess sería el encargado de dirigir el de marcas del mercado de masas, que incluirá Volkswagen, Skoda y Seat, cuando asuma el cargo el 1 de julio, según las fuentes de Reuters, que completa así la noticia adelantada por el diario Handelsblatt este lunes, citando a fuentes de la compañía. La compañía alemana, por su parte, no ha querido hacer declaraciones para confirmar o desmentir la información.
Con esta nueva estructura de la empresa, que será diseñada por la alta dirección de Volkswagen durante el verano, el conglomerado alemán con sede en Wolfsburgo quiere impulsar las operaciones de ventas en Europa y ser así más rentable.
Los nuevos planes llegan tras el enfrentamiento por el liderazgo del Grupo Volkswagen entre Martin Winterkorn y Ferdinand Pieche, que supuso la salida sorpresa del patriarca del automóvil del consejo de la compañía.
Además, se trata de un momento delicado para la empresa: las ventas totales del Grupo Volkswagen han caído en mayo por segundo mes consecutivo por primera vez en cerca de cinco años y medio, reforzando así la necesidad de cambios estructurales en el gigante alemán.
Algunos analistas consideran que la división de la estructura en cuatro sociedades tendría poco impacto, mientras que otros dijeron que podría hacer que el gigante de fabricación fuera más ágil. "La reorganización de las marcas no vende un producto adicional ni genera un valor en sí mismo", afirma el analista de Evercore ISI Arndt Ellinghorst. "Volkswagen, en el pasado, a menudo ha respondido muy lentamente a rápidos cambios del mercado", defiende en cambio el analista de Warburg Marc-René Tonn, para añadir que "la realineación de las marcas tiene sentido, aclararía las responsabilidades y aceleraría la toma de decisiones".