Los cambios estructurales en el grupo francés alcanzan ya los propios cimientos de esta centenaria empresa familiar. Los Peugeot, al frente de la marca desde sus inicios en Los cambios estructurales en el grupo francés alcanzan ya los propios cimientos de esta centenaria empresa familiar.
Los Peugeot, al frente de la marca desde sus inicios en 1890, dejarán sus despachos en la sede en su condición de accionistas, mediante la cual poseen el 14,1 por ciento de las participaciones a partes igueles junto con el estado francés y la marca china Dongfeng.
Es el fin de toda una larga época en la que la familia Peugeot compartía la dirección del grupo PSA desde sus despachos en la novena planta del edificio institucional de la parisina Avenida de la Grande-Armée. Los cambios no acabarán con la salida de la familia fundadora del organo de dirección.
El próximo 16 de enero se comunicará de forma oficial el traslado de la sede de tan emblemático enclave, cuartel general de Peugeot desde 1964, pero que ya desde 1012 no era propiedad de la empresa. La mayoría de las oficinas y despachos serán transferidos y repartidas entre las dependencias de Neuilly, Poissy y Velizy, en los alrededores de París.
Al máximo responsable del grupo, Carlos Tavares, no parece temblarle el pulso en su misión de optimizar al máximo los recursos de PSA. Viejos y hasta ahora intocables símbolos de la tradición familiar/empresarial van a ser borrados en la búsqueda de beneficios.
En los últimos meses hemos podido ver algunos ejemplos, como la venta del 50 por ciento de la división de motos, deficitaria desde hace diez años, a la empresa india Mahindra. Incluso el club de fútbol Sochaux-Montbéliard, fundado por los trabajadores de la empresa en 1928, estaría en un proceso de venta para sanear las cuentas generales.
Los planes de futuro de PSA