Motor

Mercedes, Audi y BMW se 'rebajan' para captar nuevos clientes de marcas de masas

CLA, Serie 2 y A3 Sedán

Tres nuevos coches alemanes premium y un sólo objetivo: los Mercedes-Benz CLA, Audi A3 Sedán y BMW Serie 2 se postulan como tres novedades claves para sus respectivas marcas en la búsqueda por competir en el mercado de masas con marcas como Ford o Toyota con el fin de ampliar su abanico de clientes.

La prueba la arroja el CLA de Mercedes-Benz, pionero en llegar al revolucionario segmento que combina la versatilidad de las berlinas compactas con el diseño deportivo de los coupés. Lanzado el pasado mes de septiembre, el CLA se ha convertido en un actor decisivo, por ejemplo, en el mercado estadounidense, donde ha allanado el camino a la firma de la estrella para destronar a BMW del número 1 en ventas.

Y como, ya se sabe, en el sector del automóvil nadie quiere quedarse sin el mínimo trozo de pastel, pronto llegarán al mercado para competir con él sus homólogos en las otras dos automovilísticas premium alemanas: el Audi A3 Sedán y el BMW Serie 2.

Precios más bajos para enganchar

El objetivo de estos coches no es otro que tratar de captar nuevos clientes en grandes mercados como el de EEUU procedentes de las marcas populares, más asequibles en precios. Y en esa función jugará un rol decisivo el precio: el CLA parte en Norteamérica desde 29.900 euros que, ante la ausencia allí de modelos más pequeños que sí se venden en Europa como el Clase A, le convierten en el modelo más barato de la gama Mercedes y en el único que se comercializa por menos de 30.000 euros.

De este modo, con la combinación del atractivo diseño y un asequible precio, Mercedes-Benz tratará de persuadir a un target que antes no era su público objetivo y sí de otras firmas cuyos catálogos son, en su mayoría, mucho más accesibles al bolsillo. Y especial foco se pone aquí sobre los más jóvenes, cuyo perfil de demanda responde mejor a lo que ofrece un coche como el CLA (o el próximo GLA, en el segmento de los todoterreno compactos), y a los que se pretende captar con el fin de que se queden en la marca por mucho tiempo.

Porque al final, en definitiva, la misión última es la de enganchar a quien antes no contemplaba la opción de comprarse un Mercedes o un BMW nuevos para después, una vez han saboreado las mieles de los coches de lujo, poder fidelizarlos a largo plazo y, de paso, rejuvenecer la clientela de la marca, algo que por ejemplo Mercedes lleva persiguiendo durante varios años.

"El lujo siempre ha sido una aspiración y una vez que eres parte de eso, tiendes a querer mantenerlo", explica Jeff Schuster, analista de LMC Automotive, en declaraciones a la agencia Bloomberg. "Tiende a haber una mayor lealtad hacia las premium que con las marcas populares. Eso es sin duda un factor de motivación para expandir la gama".

Los riesgos de 'bajar al barro'

Pero estos modelos menos costosos también tienen un inconveniente potencial para sus fabricantes. Ofreciendo vehículos mucho más baratos que los coches que representan su tope de gama (los Clase S, Audi A8...), dichas marcas se arriesgan a diluir una imagen histórica basada en gran parte en ser inalcanzable para el conductor medio. En la acera de enfrente, mantener la reputación es fundamental para las firmas de gama alta como Maserati y Jaguar en su desafío a los fabricantes alemanes.

Los más modelos más baratos de Mercedes, BMW y Audi "traerán la lucha a marcas a las que no hace mucho tiempo no podían siquiera compararse", afirma Kevin Tynan, analista de Bloomberg Industries. "Entiendo la necesidad de volumen , pero estás matando la exclusividad. Eso no puede ser bueno", concluye.

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