
Aunque durante varios meses había logrado esquivar la crisis de demanda que ha hundido a la mayoría de fabricantes en Europa, BMW ya empieza a acusar sus efectos y necesita encontrar soluciones: la primera decisión ha sido la de dar salida a su stock en el Viejo Continente rumbo a mercados en crecimiento como los de EEUU y Asia.
El mercado europeo está atascado con "muchos baches en el camino", tal y como señala el jefe de ventas de la marca alemana, Ian Robertson. "Los retos en Europa son cada vez mayores" y la recuperación del mercado del automóvil podría llevar varios años, asegura el directivo de BMW.
En este sentido, Robertson ha incidido en la necesidad que tiene Europa de reestructurar el sector, para lo cual ha apuntado como paradigma el caso de España, que en la actualidad se enfrenta a "algunas decisiones bastantes difíciles" en la reestructuración de su red de concesionarios.
Ante este panorama, en el que hasta el fuerte mercado alemán está empezando a resentirse, a BMW no le queda otra opción que exportar las unidades que empiezan a acumularse en su stock hacia mercados en crecimiento.
BMW espera un "buen" crecimiento en Estados Unidos en los últimos meses del año y China, pese a cierta merma en su volumen de entrega de coches nuevos fruto del contagio europeo, aún sigue siendo atractiva de cara a los fabricantes premium alemanes.
Precisamente, gracias a estos mercados en progresión, BMW está logrando no sólo mantener sus cifras de ventas sino, más allá, seguir aumentándolas: la firma de Múnich acumula un crecimiento del 8,6% en lo que va de año frente a 2011, con más de 1,1 millones de unidades vendidas.