Motor

Mercedes se integra en el consorcio Stellantis/Total Energies para evitar una crisis de baterías

El Peugeot e-2008, de Stellantis, en pleno proceso de recarga.

La nueva empresa ACC prevé una capacidad de producción anual que supere los 120 GWh en 2030, el equivalente a 2,4 millones de vehículos eléctricos.

El pasado viernes se hacía público que Mercedes-Benz entraba a formar parte de la empresa Automotive Cells Company, creada por la multinacional Stellantis y la petrolera Total para el desarrollo y producción de baterías de última generación para el coche eléctrico. Una apuesta estratégica para la puesta en marcha de los ambiciosos planes de electrificación de las marcas de coches integradas en ambos grupos. Las tres compañías trabajarán conjuntamente para el desarrollo de nuevas tecnologías de baterías y su puesta en producción.

El sector del automóvil vive un momento muy complicado, porque a la situación de la crisis provocada por el coronavirus, con el cierre de los mercados durante varios meses en el año 2020, y la posterior crisis económica, se suma ahora la grave crisis de los microchips. Esta última tiene paralizadas algunas fábricas europeas por la falta de este componente vital. Por ello, y como una solución estratégica para evitar que en el futuro pueda ocurrir un problema parecido con las baterías del coche eléctrico es por lo que se da este fuerte impulso al desarrollo y producción de baterías en Europa.

La producción de coches en España se ha reducido un 25% hasta el mes de agosto en comparación con las cifras de 2019, previas a la pandemia. Esta reducción se debe por una parte a la caída de la demanda en los principales mercados europeos, pero también por la falta de microchips, que paraliza las distintas factorías instaladas en el territorio español.

La causa es que no hay suficiente producción de este tipo de componentes, vitales para la producción de un coche de última generación. No es que se haya reducido la producción de estos componentes, sino que cada vez hay más productos (teléfonos, tablet y cientos de equipos) que necesitan este tipo de componentes. Eso, unido a la falta de previsión de los fabricantes de coches, ha creado esta crisis. Para evitar que este mismo problema pueda plantearse con las baterías, imprescindibles para la producción de los coches eléctricos que cada día aumentan sus ventas, es para lo que el grupo alemán se ha integrado en la compañía formada por Stellantis y la división de energía de la petrolera francesa Total Energies.

Mercedes tiene ya dos fábricas en territorio alemán para producir baterías para sus coches eléctricos, pero estas fábricas están centradas en el montaje de baterías a partir de componentes de otras marcas externas. De ahí la gran apuesta para crear una empresa conjunta a partes iguales entre Mercedes, Stellantis y Total Energies.

Cuatro grandes fabricantes mundiales

Básicamente, la producción de baterías en todo el mundo se centra en cuatro grandes fabricantes que representan también cuatro grandes regiones. Más allá de Tesla, los principales fabricantes son LG en Corea del Sur, Panasonic en Japón y la china CATL, que es líder mundial en la producción de estos componentes. Depender directamente de los suministros de estos cuatro grandes fabricantes representa un gran riesgo, como ha demostrado la grave crisis de los microchips.

La nueva compañía, creada conjuntamente por Stellantis y Total Energies en el año 2020, a la que ahora se ha sumado Mercedes, es un consorcio formado a partes iguales por las tres empresas. En un principio no se han hecho públicos muchos datos sobre sus previsiones, aunque se quiere conseguir una capacidad de producción anual superior a los 120 GWh para el año 2030.

Teniendo en cuenta que la capacidad media de una batería de un coche eléctrico se puede estimar en 50 kWh, estaríamos hablando de una capacidad de producción de 2,4 millones de vehículos. Una cifra que podría ampliarse si se añade a los coches 100% eléctricos las variantes híbridas enchufables, que de momento están teniendo una buena acogida en los mercados internacionales, y que operan con una batería en torno a los 15 kWh.

El objetivo de Mercedes para integrarse en ACC es claro: entrar a formar parte de esta compañía evita riesgos de abastecimiento en el futuro para empresas que plantean una electrificación muy rápida, como es el caso de Mercedes. La multinacional alemana prevé que en 2030 tendrá toda su gama 100% eléctrica a la venta y que solo ofrecerá vehículos con motor térmico en aquellos países en los que la electrificación, y sobre todo la infraestructura de recarga, no sean las adecuadas. Un camino muy ambicioso pero similar al que plantean los grandes fabricantes de automóviles a nivel mundial.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky