
El accidente que terminó con la carrera de los dos primeros del Mundial (Max Verstappen y Lewis Hamilton) revive en Monza la histórica rivalidad de finales de los 80 y principios de los 90 entre Ayrton Senna y Alain Prost.
Mundial 1989 de Fórmula 1: en la penúltima carrera de la temporda, el Gran Premio de Japón en el circuito de Suzuka, un accidente en la vuelta 46 entre el brasileño Ayrton Senna y el francés Alain Prost (compañeros en McLaren), terminó con el galo fuera y con el brasileño en pista, hasta ganar la carrera. Pero al final fue descalificado por haberse beneficiado de la ayuda de los comisarios, que empujaron su coche, y no el de Prost, con lo que ya nada tenía que hacer en la última carrera para adelantar a su compañero en el Mundial.
Mundial 1990: última carrera, de nuevo en Japón, y de nuevo en Suzuka. En la primera curva vuelven a chocar Prost (ahora en Ferrari) y Senna (McLaren). Los dos quedan fuera de la carrera, con lo que el Mundial es para el brasileño.
A fecha de hoy, la rivalidad Prost-Senna es la más recordada, la más histórica, en la historia de la Fórmula 1. ¿Hasta hoy?
Mundial 2021: Gran Premio de Italia, en el mítico circuito de Monza. A mitad de carrera, el británico Lewis Hamilton (Mercedes), que había hecho una clasificación horrible en el sprint del sábado, quedando cuarto, veía cómo la suerte le sonreía tras un inicio espectacular, y sobre todo tras una horrible parada de su máximo rival en el Mundial, el neerlandés Max Verstappen (Red Bull). Tras el cambio de neumáticos del propio Hamilton, y tras salir del pit-lane, los dos primeros del Mundial entraban en paralelo en la primera chicane de Monza, nada más terminar la recta principal.
Y se produjo lo que por otra parte parecía inevitable: Hamilton, que salía con menos ritmo como es lógico desde boxes, intentaba que Verstappen, que venía con toda la potencia de la recta principal, le sobrepasara en una acción que parecía vital para el resultado final de la carrera (y eso que el Red Bull de Ricciardo iba por delante de ambos). Y cuando dos que van en paralelo entran en una chicane, y ninguno quiere dejar pasar al otro, se produce... un accidente. Las espectaculares imágenes televisivas nos mostraban al Red Bull volando, más bien 'escalando' de atrás hacia delante, al Mercedes. De no existir el halo, que recordemos que cumple su segunda temporada en la F1, el coche de Verstappen hubiera pisado el casco, y por tanto la cabeza, de Hamilton.
Porque la cosa ya venía 'calentita', y si no solo hace falta recordar el G.P. de Gran Bretaña, en Silverstone, cuando en una acción parecida Hamilton echó del asfalto, y de la carrera, a Verstappen. Y aunque el británico recibió un castigo de diez segundos, no fueron suficiente para que terminara ganando la carrera y descontando 25 puntos al neerlandés justo cuando parecía que el de Red Bull se escapaba en la clasificación del Mundial.
Por lo tanto, Verstappen y Hamilton fuera, y la 'carrera' iba a seguir en los despachos, pues los comisarios de la FIA decidieron investigar el incidente por si alguno de los dos pilotos había incurrido en alguna infracción. Y dos horas después de la carrera, los señores comisarios llegaron a la conclusión de que la culpa era... de Max Verstappen. Y le condenaron a perder tres posiciones de parrilla en el Gran Premio de Rusia, a disputar dentro de dos semanas. Evidentemente, la polémica está servida, y después de lo que pasó en Silverstone las llamas de la polémica van a quemar más que nunca, y a lo largo de las ocho carreras que quedan por disputarse.
Lo que sí que no cambia es la clasificación del Mundial, que tras los dos puntos logrados por Verstappen el sábado en el sprint queda a su favor por tan solo cinco puntos (226,5 por 221,5). Lo dicho, el mejor Mundial de los últimos años.

Ricciardo, una victoria histórica
Pero como no todo en la F1 es la lucha Verstappen-Hamilton, hay que reseñar con todos los honores la victoria de Daniel Ricciardo (McLaren), que devuelve al equipo británico a lo más alto de un podio nada menos que nueve años después. El australiano firmó uno de los mejores fines de semana de su vida, tras ser tercero en el sprint del sábado, y ponerse en cabeza en la salida del domingo tras sobrepasar a Verstappen (Bottas, ganador de la clasificación, salía el último por sanción).
Y no abandonó el australiano la cabeza de la carrera nada más que en los cambios de neumáticos. Primero fue capaz de mantener a raya a Verstappen y, cuando este se fue a casa tras el choque con Hamilton, Ricciardo contó con la ayuda inestimable de su compañero de equipo, el británico Lando Norris, que defendió con más sudor que sangre un doble histórico para el ex equipo de Alonso y Sainz.
Tercero fue un inconmensurable Valteri Bottas (Mercedes). En la semana en la que se anunciaba que el finlandés abandonaba la escuadra alemana para recalar el año que viene en Alfa Romeo, Bottas ganó el sprint del sábado y fue capaz de cabalgar desde la vigésima y última posición de la parrilla hasta el podio.
En cuanto a los españoles, aunque al final terminaron en el top10, el sexto puesto de Carlos Sainz y el octavo de Fernando Alonso no nos sacan de pobres, en una Fórmula 1 más animada que nunca en la que solo nos falta un poco de pimienta nacional con nuestros pilotos. Habrá que esperar a la revolución tecnológica del año que viene.