
El mexicano Sergio "Checo" Pérez logró su primera victoria con Red Bull (segunda de su carrera) en el G.P. de Azerbaiyán gracias al reventón de su compañero Max Verstappen a cinco vueltas del final, cuando marchaba en solitario a darle un zarpazo al Mundial. Este accidente motivó que la carrera volviera a comenzar... con solo una vuelta por delante. Y en ella la pifió Hamilton en su intento por llevarse la victoria.
La Fórmula 1 es esto. Cuando este cronista comenzaba a escribir la crónica del Gran Premio de Azerbaiyán, y justo cuando estaba titulando que Max Verstappen daba un paso de gigante para hacerse con su primer Mundial de Fórmula 1... el piloto neerlandés sufrió un reventón en la recta principal, a más de 300 kilómetros por hora, se fue contra el muro y allí terminó su carrera... y el zarpazo.
Dicha circunstancia provocó una circunstancia histórica en la Fórmula 1: la carrera se relanzaría desde la parrilla de salida... con tan solo una vuelta por delante. Y allí Sergio Pérez redondeó su maravillosa carrera al no dejar que nadie le adelantase en dicha vuelta. Y especialmente Lewis Hamilton, que cosa rara en él cometió un fallo imperdonable, tras partir segundo en esta "carrera a una vuelta", tras irse largo en la primera curva y terminar último de los 16 pilotos que quedaban en carrera. Cero puntos.
Caos el sábado; caos el domingo
Si caótica había sido la clasificación del sábado en el circuito de Bakú, con cuatro banderas rojas por culpa de seis accidentes en sus estrechas calles, la carrera no le fue a la zaga, y eso que el comienzo y la primera parte fueron muy tranquilas. Pero a 20 vueltas del final, un accidente de Lance Stroll (Aston Martin) en el mismo punto donde luego se la pegaría Verstappen, daba a entender que la estrategia de la mayoría de los pilotos, de hacer solo una parada e intentar disputar la mayor parte de la carrera con el neumático duro tenía muchos riesgos.
Hasta entonces, la carrera se había caracterizado por el rápido desfallecimiento del Ferrari de Charles Leclerc, que tras ganar la pole position el sábado, no pudo aguantar el ritmo de los que tenía por detrás: Hamilton, Verstappen y Pérez. Con el británico líder, y su compañero Bottas perdido en mitad del pelotón, la batalla estaba servida entre un solitario Hamilton frente a dos "fieras" vestidas de Red Bull. Pero es que, encima, en el que iba a ser la única parada en boxes del Mercedes número 44... un exceso de tráfico en el pit-lane provocó que Hamilton tardara dos preciosos segundos de más en volver a la pista, suficientes para que los dos Red Bull le sobrepasaran tras efectuar tanto Verstappen como Pérez sus paradas.

Y a partir de entonces, Verstappen se fue lanzado a por la victoria... gracias principalmente al soberbio trabajo de su compañero Checo Pérez, que tapó una vez sí y otras decenas también los desesperados intentos de Hamilton de superarle e irse a por el neerlandés, que se le escapaba tanto en la carrera como en el Mundial. No importaba que la recta de más de dos kilómetros (la más larga del Mundial) fuera propicia para adelantamientos, bien por aprovechar el rebufo del coche precedente, bien por el uso del DRS, Hamilton terminó desesperado y tirando la toalla.
Pero llegó la vuelta 46, las sobrecargadas ruedas de Verstappen, dijeron basta, sufrió un reventón en el tren trasero... y todo cambió. Volvió a ondear la bandera roja, carrera parada, todos a boxes, y a esperar la decisión de carrera de reanudar o no la carrera, con tan solo dos vueltas por disputarse.
Una segunda carrera... ¡a una vuelta!
Y tras una prolongada pausa en boxes... la dirección de carrera decidió que el Gran Premio se reanudaría ¡desde la parrilla! O sea, una carrera a una sola vuelta, pues de las dos que restaban había que descontar una de formación detrás del coche de seguridad. Un hecho histórico en la Fórmula 1.
Y aunque Hamilton tenía una ocasión de oro de hurgar aún más en la herida de Max Verstappen, el gran gigante del Gran Premio de Azerbaiyán, el mexicano Sergio "Checo" Pérez, hizo un último servicio a su equipo, aguantó el envite del británico en la salida, conservó la cabeza y, tras una vuelta trepidante, logró una victoria que nunca podrá olvidar.
Pero claro, al final dicha última vuelta le resultó fácil al mexicano... gracias a la pifia de Hamilton, seguramente el peor fallo de su carrera. Algo nada habitual en el siete veces campeón del mundo, un fallo de principiante que le puede costar muy caro al final del campeonato. Al final, el podio estuvo formado por Sergio Pérez, seguido por el "resucitado" Sebastian Vettel (Aston Martin) y del francés Pierre Gasly (AlphaTauri).
¿Y cómo queda el Mundial? Pues como estaba, pues sus dos máximos aspirantes, Max Verstappen y Lewis Hamilton, se quedaron sin puntuar. El neerlandés sigue sacando cuatro puntos al británico (105 a 101). Tercero es ya Sergio Pérez gracias a su victoria en Azerbaiyán, aunque a un mundo de Verstappen y Hamilton, con 69 puntos.
Gris Sainz, espectacular Alonso a una vuelta
En cuanto a los españoles, Sainz se mostró muy gris a lo largo de toda la carrera, mientras Alonso fue de menos a más. El madrileño partía quinto en la parrilla, donde se vio superado por Pierre Gasly. Pero su momento más negro llegó cuando, poco después, se fue largo en una curva, terminó en una escapatoria, tuvo que dar una peligrosa marcha atrás, y perdió más de diez segundos y un porrón de posiciones. Después, los accidentes de Stroll y Verstappen le beneficiaron, y en el momento de la "carrera a una vuelta" ocupaba la octava plaza en la nueva parrilla de salida, la misma en la que terminó.
El campeón asturiano, por su parte, partió en octava posición, pero desde la primera curva se vio que su Alpine es un coche que claramente va a menos. Llegó a ocupar la decimocuarta posición, pero también se benefició del accidente de Stroll, pues volvió a cambiar ruedas, lo que le permitió auparse a la décima posición. Pero en la carrera final a una vuelta volvimos a vibrar con el gran Alonso de sus mejores tiempos, pues volvió a demostrar que siempre está varios cielos por encima de su coche, y en esa vuelta final escaló nada menos que cuatro posiciones, hasta la sexta posición final, su mejor registro en lo que llevamos de Mundial.