El fabricante sueco de vehículos eléctricos Inzile ha iniciado las negociaciones para ocupar la planta de Nissan en Barcelona, que cesará su actividad el próximo 31 de diciembre.
La compañía sueca tiene la intención de que la producción comience en Zona Franca en 2022, donde se encargaría de fabricar su furgoneta eléctrica Pro4, con el objetivo de poder entregar estos vehículos en el sur de Europa.
El consejero delegado de Inzile, Ragnar Åhgren, ha explicado que "vemos esto como una forma eficiente de comenzar relativamente rápido con la producción y entrega de nuestros vehículos en la parte sur de Europa, donde la demanda es alta".
El directivo también ha detallado que "España es el segundo fabricante de automóviles de Europa y tiene un amplio conocimiento en automoción. Un establecimiento aquí estaría muy bien situado para Inzile".
"Si las negociaciones terminan de manera positiva, será posible producir hasta 5.000 vehículos Inzile por año, a partir de principios de 2022", ha reconocido Åhgren.
El fabricante sueco ha apuntado que en esta planta se han producido varios turismos, vehículos comerciales, SUV, camiones y autobuses de fabricantes de equipos originales reconocidos y, en consecuencia, "existe una importante red de proveedores de automoción bien establecidos".
La compañía ha asegurado que ha presentado, junto con una promotora española, el proyecto a las Administraciones Públicas, estatales y locales, para participar en un 'Hub de descarbonización' de la Zona Franca de Barcelona. Este sería un proyecto "estratégico e innovador" de espacio abierto para la reconversión industrial de la zona.
De llevarse a cabo supondría una inversión de 800 millones de euros, según ha adelantado La Vanguardia.
Este denominado D- Hub ha sido proyectado para vehículos eléctricos y otras empresas industriales, logísticas y tecnológicas con un perfil altamente innovador y sostenible, para aprovechar la gran experiencia disponible en el área y generar nuevos puestos de trabajo.
La comisión de reindustrialización de Nissan se ha impuesto el 31 de marzo como fecha límite para recibir propuestas para ocupar las plantas que la empresa japonesa abandonará a finales de este año.