
El presidente y director general de Renault, Luca de Meo, asegura que la automovilística francesa podría tener que recortar más costes de los inicialmente previstos para salir de la "zona roja", al tiempo que afirma que sus proyecciones de flujo de caja son "alarmantes".
Así se recoge en un memorando interno que Luca de Meo ha hecho llegar a los sindicatos y a la plantilla de la marca del rombo al que ha tenido acceso Reuters. En el mismo se detalla que la generación de efectivo y el establecimiento de la rentabilidad es una "prioridad inmediata".
El pasado 29 de mayo la automovilística gala presentó un plan de ajuste con el que pretende reducir en unos 2.150 millones de euros su estructura anual de costes y que supondrá la supresión de 14.600 empleos en el mundo, de los cuales 4.600 serán en Francia aunque no implicará el cierre de ninguna de sus plantas. Esta reducción de efectivos afectará al 8% de su plantilla global y se escalonará en los próximos tres años.
De Meo no especificó en este memorando la cantidad de dinero adicional que puede necesitar la compañía.
"El objetivo es volver al buen camino y resolver nuestros problemas más urgentes lo antes posible: tesorería y costes. Esto significa que tal vez tengamos que ir más allá de lo planeado con nuestros esfuerzos de reducción de costos", señaló en el memorando.
El directivo de la automovilística gala dijo que la compañía se encontraba en una "zona roja" ya que la pandemia de coronavirus ha agravado los problemas existentes, incluyendo una trayectoria descendente en las ganancias desde 2018, su capacidad de generar dinero en efectivo, la caída de las ventas y los nuevos modelos, los cuales no son lo suficientemente rentables.
"Nuestras proyecciones de flujo de efectivo son alarmantes. Más que nunca, debemos redoblar nuestros esfuerzos para alcanzar una rentabilidad sostenible y generar flujo de caja", aseguró.
Fijarse en PSA
De Meo dijo que Renault debería fijarse en el camino seguido por su rival francés PSA, el grupo automovilístico propietario de las marcas Peugeot, Citroën, DS y Opel/Vauxhall, que se ha centrado en recortar costes y producir gamas de vehículos más rentables en los últimos años.
"En los próximos cinco años, vamos a hacer lo que PSA ha hecho en los últimos cinco años", apuntó.
De Meo también explicó que la marca de Renault se había diluido, por lo que tendría que reducir el número de productos dentro de las diferentes gamas en alrededor de un 30% y que también podría aumentar los precios de sus pequeños turismos, pertenecientes al segmento C, entre un 25% y un 30%.
"Tendremos que tomar decisiones que a veces son difíciles, pero que son necesarias y positivas para la empresa. Yo lo describiría como una revolución", escribió en el memorándum.
"Esta revolución, que debe ser impulsada por todos los hombres y mujeres de la empresa, la llamo una 'Renaulución'", sentenció.