Marc Márquez gateaba cuando Mick Doohan logró su segundo título de 500 cc pilotando la primera Honda con los colores de Repsol. Era 1995 y lo que comenzó con una era victoriosa de la marca gracias al piloto australiano, 20 años después tiene su continuación en el indescriptible talento del español. Esta es la historia de una relación de éxito, pasión por el motociclismo y un palmarés envidiable. Repsol-Honda, dos décadas en lo más alto. Es la historia que hoy nos traen desde la revista Elite Sport.
La unión entre ambas compañías es la más longeva y exitosa del campeonato de MotoGP. Se inició con una rúbrica en el mes de febrero de 1995 y, hasta la fecha, ha conseguido acumular 11 títulos mundiales a cargo de seis pilotos diferentes. Doohan, Crivillé, Rossi, Hayden, Stoner y Márquez han hecho y siguen haciendo grande al binomio entre HCR y Repsol.
El 26 de junio de 1992, Mick Doohan sufrió un grave accidente en el circuito de Assen. Los médicos holandeses que le examinaron quisieron amputarle una pierna, pero finalmente se impuso el coraje del australiano, que inició la primera época dorada del equipo Repsol-Honda. Ganó los campeonatos desde 1994 hasta 1998, con pilotaje caracterizado por su soberbia y dominancia. Álex Crivillé, compañero de Doohan, no aprovechó la lesión de éste en Jerez y su posterior retirada y, en 1999, se convirtió en el primer español en lograr el título.
Doble mérito si tenemos en cuenta que hasta entonces la categoría estaba dominada por estadounidenses y australianos.
Después de dos años sufriendo, el equipo recuperó la senda de la victoria en 2002 gracias a Valentino Rossi, que había ganado el año anterior con una Honda satélite. En 2003, el italiano arrasó de nuevo imponiéndose en nueve carreras, pero dio el salto a Yamaha.
Fueron dos años difíciles hasta que en 2006, Nicky Hayden logró hacerse con la corona gracias a su regularidad, pues sólo ganó dos carreras. Y llegó otra etapa de sequía, años para Stoner en Ducati (2007), Rossi (2008-09) y Lorenzo (2010) en Yamaha. Hasta que Stoner consiguió su segundo entorchado en su debut con una Repsol-Honda (2011).
Un año después, Lorenzo se volvió a mostrar intratable, mientras Pedrosa acabó segundo. En 2013 llegó la revolución Márquez. Ya van dos títulos seguidos trufados de récords devorados por un piloto que, si las lesiones le respetan, puede marcar una nueva era.
Nada de esto sería posible sin una estrecha relación de confianza y trabajo en equipo por parte de los técnicos del fabricante de Saitama (Japón) y los del centro de Tecnología de Repsol, situado en Móstoles. La clave, por tanto, no ha residido únicamente en contar con grandes pilotos, sino también grandes ingenieros y mecánicos con un solo objetivo: el desarrollo tecnológico al servicio la competición. Veremos qué nos depara 2015, pero todo huele a motor japonés?
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Márquez hace historia